En el Laboratorio de Tanaka, un método está en estudio en el que un fuerte magnetismo se aplica a los alimentos para magnetizar los fragmentos de metal en el interior, por lo que estos metales se puede detectar mediante la detección de sus campos magnéticos mediante un sensor de alta sensibilidad. Un sistema funcional de detección de contaminantes con este método ya se ha completado, y ha mostrado la capacidad de detección de metales en fábricas de alimentos.
La investigadores actualmente están trabajando para mejorar el rendimiento de este sistema, de manera que incluso los fragmentos de metal pequeñas puedan ser detectados. El dispositivo sensor de alta sensibilidad antes mencionada requiere un imán fuerte para ser colocado cerca del sensor con el fin de magnetizar los fragmentos de metal. Los campos magnéticos que se originan a partir de fuentes distintas de los fragmentos de metal se llaman ruido. Los campos de fragmentos metálicos de gran tamaño se pueden identificar más de dicho ruido, pero los de fragmentos más pequeños están enmascaradas por el ruido y por tanto son difíciles de detectar.
Para reducir el impacto del ruido tanto como sea posible, el sensor se coloca dentro de una caja cuadrada metálica diseñada para que los alimentos se puedan probar a su paso por esta caja. La caja es de 2 mm de placas de aleación de hierro-níquel. Los campos magnéticos alrededor del sensor se concentran en las paredes de esta caja. En contraste, los campos magnéticos que pasan a través de la caja se reducen de manera significativa.
En este sistema, el sensor de campo magnético de alta sensibilidad se instala en el espacio en el que los campos magnéticos externos se reducen tanto como sea posible. Si fragmentos metálicos altamente magnetizadas entran en esta caja, incluso fragmentos pequeños podrían ser identificados con probabilidad muy alta, incluso si estaban contenidas en el queso o envueltos en papel de aluminio.
Para detectar con precisión fragmentos metálicos aún más pequeños, también se han utilizado filtros digitales. Los campos magnéticos detectados por el sensor se expresan como formas de onda finas, pero si se aumenta la sensibilidad, las señales de fragmentos metálicos se mezclan con el ruido, haciéndolos difíciles de identificar. El filtro digital puede utilizarse para acentuar estas señales.
Esta tecnología, que puede identificar con precisión pequeños fragmentos de metal de unas 300 micras (invisibles a los ojos humanos) en el queso que está pasando a través a una velocidad de 20 m / min, también implica una cuidadosa combinación de múltiples "trucos" de la moderna la tecnología, tal como un sensor magnético, una caja de tres capas, un imán fuerte, y un filtro digital. En las pruebas de este equipo para fines industriales que utilizan el mismo principio, su sensibilidad ha demostrado ser tan alta que los fragmentos de metal de menos de la anchura de dos pelos humanos podía ser detectado.
Los investigadores de Toyohashi University of Technology con una amplia gama de conocimientos y tecnología determinaron que combinaciones de "trucos" pueden lograr los resultados deseados, gracias a su creatividad sobrehumana. Debido a sus logros, las fábricas de alimentos pueden enviar con seguridad sus productos.
