La vitamina E es una familia de dos subgrupos principales, tocoferoles y tocotrienoles, con cada subgrupo contiene cuatro moléculas similares (alfa-, beta-, gamma-, delta-tocoferoles y tocotrienoles). La longitud de la cola de la molécula determina si una molécula de vitamina E pertenece a la tocoferol o tocotrienol subfamilia. Los tocotrienoles tienen una cola más corta insaturados con dobles enlace y son más flexibles, mientras que los tocoferoles tienen una cola saturada más tiempo sin enlaces dobles y son menos flexibles.
Con la mayor flexibilidad ofrecida a los tocotrienoles, esta subfamilia de vitamina E exhibe beneficios de la reducción del colesterol, mejorar la salud cardiovascular y metabólica global, y más recientemente, mata el cáncer.
El llamado cabeza "cromanol" es la unidad fundamental de la vitamina E, y es también la localización de la actividad antioxidante. La forma de la cabeza también determina la facilidad con que una molécula puede tener acceso a la membrana celular. En general, gamma y delta (desmetil colectiva titulada) son más pequeños y tienen un mayor acceso a las membranas celulares. Por lo tanto, son por lo general más potente en la entrega de beneficios.
Por lo general, el popular alfa-tocoferol viene a la mente en relación a la fama antioxidante de la vitamina E. El hecho, sin embargo, es que tocotrienol es un antioxidante 40-60 veces más potente que el tocoferol. La capacidad antioxidante superior de tocotrienol se atribuye a su mayor flexibilidad, lo que permite la movilidad para cubrir un área de superficie mayor de las membranas celulares.
Actualmente, tocotrienol es más conocido por sus propiedades para reducir el colesterol, su salto a la fama cuando se descubrió en la década de 1980. El consumo de tocotrienoles se ha asociado con menor riesgo de enfermedad cardíaca coronaria, la regresión de la estenosis de la arteria carótida en los seres humanos en un estudio de 4 años, la reducción de la susceptibilidad a la arritmia inducida por la isquemia, y la reducción de la frecuencia cardíaca acompañado por una mayor eficiencia de miocardio.
La obesidad da paso a un conjunto de factores de riesgo cardiovascular peligrosos, llevando al síndrome metabólico o prediabetes. A partir de los estudios clínicos, los tocotrienoles son considerados como excelentes candidatos en un modelo de prevención para el síndrome metabólico. Los tocotrienoles abordan con seguridad las tres áreas de la dislipidemia aterogénica: reducción de los niveles de triglicéridos, aumento moderado de colesterol HDL, y la reducción del colesterol LDL. Además, hay evidencia en estudios con animales que tocotrienol reduce la presión arterial, placas arteriales, las moléculas de adhesión, y azúcar en la sangre, todos los signos de síndrome metabólico.
En el contexto del cáncer, la angiogénesis es también culpable fundamental en la formación de tumores malignos. Una variedad de estudios, sobre todo, de la Universidad de Tohoku en Japón, muestran que los tocotrienoles frenar la angiogénesis. De los isómeros tocotrienol, delta es el más potente en la solicitud de cáncer, ya que es el inhibidor de la enzima más potente, el agente anti-inflamatorio y anti-angiogénico más potente.
Uno de los signos evidentes de envejecimiento son las arrugas en la piel debido al daño oxidativo prolongado. Aparte de ser un excelente antioxidante, el tocotrienol ha demostrado que reduce el daño de la piel inducido por UVB, inhibe el crecimiento celular del melanoma, y produce retraso del tumor en ratones con melanoma metastásico altamente. Los tocotrienoles también reducen la pigmentación de la piel. La piel está expuesta a muchos elementos del medio ambiente, tanto en el interior (endotelio) como fuera (epitelio). Los tocotrienoles se depositan preferentemente en estos tejidos de la piel para su protección.
Por James Phillips
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