La Oficina de Políticas de la Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca en conjunto con la Oficina Estadounidense de Patentes y Marcas (USPTO) anunciaron a los ganadores del Premio Patentes para la Humanidad 2015, entre ellos el Proyecto del Arroz Dorado. Patentes para la Humanidad es un programa de la USPTO que reconoce a dueños de patentes y poseedores de licencias quienes trabajan para mejorar la salud y bienestar de las poblaciones menos favorecidas a nivel global.
El programa se encarga de ejecutar la agenda global del Presidente reconociendo a su vez a líderes del sector privado quienes hacen llegar tecnologías capaces de salvar las vidas de los más necesitados, mientras que al mismo tiempo demuestra que las patentes son un elemento esencial para abordar los retos que enfrentamos a nivel mundial. El Premio es un reconocimiento al Proyecto del Arroz Dorado, en particular a los profesores Dr Ingo Potrykus y Dr Peter Beyer, así como al Dr Adrian Dubock. El Dr Dubock asistió a la ceremonia oficial de premiación el 20 de abril de 2015 en Washington, acompañado por el Dr Rob Russell, miembro de la Junta Humanitaria del Arroz Dorado.
En 2001, en un novedoso contrato de licencia humanitaria, los tres solicitantes de la patente americana US 7,838,749 (y patentes relacionadas) (el Dr Dubock trabajaba para Syngenta en aquel entonces) llegaron a un acuerdo no pecuniario, en el cual se transferían los derechos comerciales a la patente a la compaña Syngenta.
En la licencia, los inventores se reservaron los derechos al uso humanitario, definido de manera detallada y generosa. Syngenta, a cambio de los derechos comerciales obtenidos, entró en la obligación de apoyar la visión humnitaria y sin ánimo de lucro de los inventores, incluyendo el derecho para los obtentores de sub licencias en el sector público para usufructuar de cualquier mejora a la tecnología, incluyendo por ejemplo la más reciente solicitud de patente US20120042417 de Syngenta, la cual describe la mejora más reciente al Arroz Dorado. En 2004 Syngenta declaró ya no tener interés comercial en la explotación de la tecnología. Sin embargo, las obligaciones de Syngenta en cuanto al apoyo contínuo a los inventores y al proyecto humanitario del Arroz Dorado se mantiene en pie.
Estos arreglos demuestran que patentes pueden jugar un rol sumamente importante en el logro de proyectos humanitarios, incluso para proyectos en países en desarrollo, donde la protección de los derechos de propiedad intelectual pueden ocasionalmente carecer de las bases legales necesarias. Si los inventores no hubieran patentado su tecnología, hubiera sido imposible discutir y llegar a un acuerdo con beneficios mútuos entre los sectores públicos y privados. Es más, la patente del Arroz Dorado fue esencial para poder obtener acceso a tecnologís esenciales para sacar el proyecto adelante, tecnologías que pertenecían a otros inventores del sector privado.
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