El coco es altamente nutritivo y una rica fuente de fibra, vitaminas y minerales. Cada parte del coco puede ser utilizado para una serie de funciones diferentes, desde la carne y la leche hasta el aceite; todos ellos ofrecen muchos beneficios para la salud humana. Después de explorar la funcionalidad de este fruto, el aceite de coco se ha ganado interés especial por parte de los investigadores y los consumidores. Aparte de ser un agente de curación excepcional que se encuentra en la medicina, es un aceite saludable para cocinar, y se los utiliza en los hasta en los artículos de belleza.
Sin embargo, este aceite no siempre fue valorado. El aceite de coco ha enfrentado muchos años de mala representación, porque se consideraron no saludables para el consumir, ya que es rico en ácidos grasos saturados. Entonces, ¿Es realmente saludable el aceite de coco?
Para el Caribe, el coco es un alimento básico en su dieta y cultura. Durante miles de años, los productos de coco se han utilizado en la medicina tradicional. El aceite de coco, en particular, se ha utilizado para tratar una serie de condiciones. El aceite de coco tiene propiedades antimicrobianas, antibacterianas, antimicóticas, y antioxidantes que ayudan a proteger contra las infecciones y enfermedades. Un estudio reciente dirigido por los investigadores de la Universidad de Tufts revelaron que el aceite de coco controla eficazmente el crecimiento de un hongo patógeno conocido como Candida albicans (C. albicans) en los ratones. Candida Albicans es responsable por las infecciones micóticas en hombres y mujeres. Si no se trata adecuadamente, puede causar un gran malestar, y podria ser diseminado a todo el cuerpo, y conducir a enfermedades más graves. El estudio encontró que una dieta a base de aceite de coco podría reducir la cantidad de C. albicans en el cuerpo por más de 90%.
"La comida puede ser un poderoso aliado en la reducción del riesgo de la enfermedad", dijo Alice H. Lichtenstein, D.Sc., director del Cardiovascular Nutrition Laboratory en el Jean Mayer USDA Human Nutrition Research Center on Aging en Tufts University. "Este estudio marca un primer paso en la comprensión de cómo las infecciones de hongos que amenazan la vida en individuos susceptibles pueden ser reducidos a través del corto plazo y dirigidos para el uso de un tipo específico de grasa. El uso potencial del aceite de coco en el corto plazo para controlar la velocidad del crecimiento excesivo de los hongos no debe ser considerado un enfoque profiláctico para la prevención de las infecciones por hongos."
De acuerdo con las publicaciones de salud de Harvard, contiene aproximadamente 90% de grasa saturada. Ese porcentaje supera la cantidad de grasa saturada en la mantequilla e incluso la grasa de vaca. Sin embargo a medida que más investigaciones se llevaron a cabo, los datos mostraron que las grasas saturadas que se encuentran en el aceite de coco en realidad eran inofensivas. El aceite de coco contiene una variedad específica de grasas saturadas llamados triglicéridos de cadena media (MCT). MCT son de longitud media, que significa que se descomponen fácilmente y también son absorbidos y utilizados como energía por el cuerpo. Como resultado, es poco probable que puedan ser almacenadas como grasa. Esto significa que el aceite de coco también juega un papel importante en la pérdida de peso. El aceite de coco también aumenta los niveles de HDL, que se conoce como el "colesterol bueno" que ayuda a reducir el riesgo de una enfermedad cardiovascular. En general, el aceite de coco ofrece un sabor distinto que puede mejorar cualquier comida, pero deben utilizarse con moderación.
El aceite de coco es muy respetado y querido en el mundo de la belleza, ya que tiene muchas cualidades impresionantes. El aceite de coco es un excelente humectante para la piel. El puede fortalecer los tejidos subyacentes y exfoliar la piel. Los antioxidantes que se encuentran en el aceite de coco también han sido reconocidos por reducir la aparición de arrugas. Por último, es ideal para el cabello y se utiliza a menudo como un acondicionador profundo.
Por Victoria Weler
