En 2015, Naciones Unidas presenta la nueva agenda de desarrollo al 2030, que contiene dentro de sus compromisos 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con metas e indicadores, que buscan erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos. En particular, el ODS 2 contiene la meta 4, que es explícita respecto de los compromisos sobre la sustentabilidad de los sistemas de producción de alimentos:
“Para 2030, asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la productividad y la producción, contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos, las sequías, las inundaciones y otros desastres, y mejoren progresivamente la calidad del suelo y la tierra.”
Además de estos desafíos generales, el sector pecuario se ha visto enfrentado a diversos cuestionamientos respecto de sus impactos ambientales y sociales. Desde el 2006, cuando el reporte de FAO La larga sombra del ganado puso en la agenda las problemáticas ambientales generadas por el sector, en particular en lo referido a Gases de Efecto Invernadero (GEI) y Cambio Climático, agotamiento del agua y pérdida de biodiversidad, se ha estado discutiendo cómo avanzar en una agenda de desarrollo ganadero que permita mitigar estos impactos negativos, al tiempo que reconocer y potenciar el rol social de la ganadería en los sistemas de vida rurales y su contribución en disminuir la pobreza rural.
Por otro lado, desde el punto de vista de los consumidores, sobre todo de paísesdesarrollados, la preocupación por las condiciones de bienestar animal de la producción ganadera ha crecido en losúltimos años, generando requerimientos cada vez más estrictos por parte de procesadores y supermercados. Ejemplo de ello es el Compromiso de Nestlé con el Bienestar Animal de los Animales de Granja, parte del código de conducta para sus proveedores, o bien la Política de Bienestar Animal de la multinacional de servicios alimentarios Aramark.
Si a estos antecentes sumamos el hecho de que el sector pecuario es un elemento detonante en la emergencia y transmisión de nuevas enfermedades, se estima que cerca de 70% de este tipo de patologías tienen su origen en animales, por lo que se vuelve cada vez más relevante gestionar los sistemas productivos pecuarios, considerando sus multiples externalidades.
Adicionalmente, se estima que la demanda de productos de origen animal crecerá hasta en 70% al 2050 , producto del crecimientopoblacional, el incremento de los ingresos y la creciente urbanización de la población.
Es así que, frente a este escenario de cuestionamientos a la producción ganadera, de la mano con las estimaciones de su crecimiento en el tiempo, han surgido diversas iniciativas para promover el desarrollo sustentable del sector ganadero.
En el año 2016 operaron 27 plantas lecheras que pertenecen a 12 industrias procesadoras, además de 115 plantas queseras medianas. La recepción total de leche en 2016 alcanzó a 2.321 millones de litros, con una producción total de leche estimada en 2.525 millones de litros. El sector lechero está constituido por varias organizaciones gremiales, tanto de productores como de la industria exportadora. Además, cuenta con el Consorcio Lechero, entidad que asocia a productores, industrias, empresas de servicios y entidades dedicadas a la investigación académica y productiva.
La producción de leche en el país es reconocida por utilizar el pastoreo como base de su alimentación, además de poseer condiciones ambientales y sanitarias favorables para la producción de lácteos con potencial diferenciador. El consumo de lácteos en el país se acerca a los 150 litros per cápita, existiendo también un activo comercio exterior de derivados lácteos, principalmente leche condensada y quesos.
Durante noviembre de 2017, se espera que se presenten los resultados del trabajo del Comité de Sustentabilidad al Comité Nacional de la FIL. Las observaciones que se levanten de este comité, serán incorporadas a la versión definitiva de la estrategia, que será lanzada a en diciembre del presente. En paralelo, los grupos de trabajo, estarán desarrollando los indicadores que permitan dar seguimiento a la implementación de la estrategia durante los próximos cuatro años.
El sector lácteo chileno enfrenta el gran desafío de avanzar hacia un desarrollo sustentable. Para ello, se ha optado por desarrollar una Estrategia de Sustentabilidad para la Cadena Láctea, la que entregará una hoja de ruta a seguir para los próximos cuatro años, con objetivos estratégicos, metas, acciones e indicadores. Este documento en sí ya representa un importante aporte para el sector, pero si además consideramos el proceso participativo bajo el cual se ha elaborado la estrategia y su alineamiento con el Marco de Sustentabilidad para la Lechería, adquiere un valor adicional.
Sin duda, que hay que continuar avanzando en pos de la sustentabilidad del sector, pero estos primeros pasos, nos permiten dar cuenta de que se está en la senda correcta y se podrán alcanzar los objetivos propuestos.
