En este sentido, un estudio de intervención brasileño ha analizado la influencia de dos comidas diferentes altas en grasa sobre los marcadores de inflamación cuando se acompañan de agua o de zumo de naranja (una fuente de nutrientes antioxidantes). En el ensayo cruzado de asignación aleatoria con 55 mujeres sanas, la mitad de los sujetos ingirió una comida rica en ácidos grasos saturados (AGS: 37,6% energía),
mientras que la otra mitad ingirió una comida rica en ácidos grasos monoinsaturados (AGM: 56,3% energía).Las mujeres tomaron 500 ml de zumo de naranja (grupo de ensayo) o agua (grupo de control) con la comida.
Los resultados mostraron que una alta ingesta de grasas saturadas fomentaba la inflamación frente a una comida rica en ácidos grasos monoinsaturados, pero la ingesta de zumo de naranja reducía el efecto negativo de los ácidos grasos saturados para ciertos biomarcadores de inflamación, sobre todo IL-17A.
Otro estudio pequeño desarrollado en un laboratorio con 12 personas sanas reveló que una comida alta en grasas y carbohidratos aumentaba las vías inflamatorias cuando se acompañaba de agua o una bebida con glucosa.Sin embargo, este efecto se veía disminuido cuando la comida se acompañaba de zumo de naranja.Los investigadores llegaron a la conclusión de que el zumo de naranja disminuía la inflamación provocada por la dieta al inhibir la expresión de los receptores tipo Toll y la endotoxemia. La ingesta de zumo de naranja estaba asociada con un nivel de proteína de la leucemia promielocítica (PLM) 28 veces mayor, que se cree tiene una función beneficiosa en el cuerpo.
Los autores de estos estudios llegaron a la conclusión de que tomar zumo de naranja puede ayudar a contrarrestar la inflamación causada por la dieta, además de regular la expresión de proteínas clave como la PLM, que influyen en la salud humana.Será necesario llevar a cabo ensayos más amplios para confirmar los resultados.
