Food News Latam - Palmicultura: Balance y perspectivas 2018 -2019

 

facebook  Twiter  In Instagram logo Youtube

Palmicultura: Balance y perspectivas 2018 -2019

Ecuador Colombia Agricultura

La palmicultura colombiana enfrentó uno de sus años más difíciles en 2018, aunque la producción se mantuvo constante respecto a 2017. Se espera un repunte de 5 % en la producción para 2019. Jens Mesa Dishington, Presidente Ejecutivo de Fedepalma, señaló que, a raíz de los bajos precios internacionales, las distorsiones en la comercialización local del aceite de palma introducidas por decisiones regulatorias desacertadas,

las importaciones provenientes de Ecuador y el elevado costo país, la rentabilidad del sector se ha venido deteriorando y precisó que es importante que el Gobierno Nacional adopte un paquete de medidas que equilibren las condiciones de mercado y permitan superar la problemática que se está presentando.

“El 2018 fue un año muy difícil para la palmicultura colombiana, principalmente por la caída en los precios internacionales, una moneda revaluada durante gran parte de 2018, el desorden en la comercialización local de la agroindustria como resultado de disposiciones regulatorias y el comportamiento estable de la producción de aceite de palma crudo. Efecto de lo anterior, el valor de la producción del sector palmero (aceite de palma crudo y almendra de palma) registró una contracción de 9 % al pasar de $3,7 billones en 2017 a $3,4 billones en 2018, situación que afectó la liquidez y rentabilidad de los productores del sector palmero” expresó Jens Mesa Dishington, Presidente Ejecutivo de Fedepalma.

Coyuntura de precios bajos

El líder gremial señaló que la cotización Bursa Malasia (posición 3) para el aceite de palma crudo registró una caída de 9,2 % al pasar de USD 629 por tonelada en 2017 a USD 571 por tonelada en 2018. “De hecho, esta cotización alcanzó su mínimo histórico, durante los últimos 10 años, al llegar a USD 469 en por tonelada en noviembre de 2018” destacó.
“Aunque esta coyuntura de precios bajos afecta la rentabilidad de los proyectos productivos del sector, los palmicultores del país no pueden olvidar que el aceite de palma es un commodity y la volatilidad de sus precios es una condición que deben saber manejar porque es propia de este cultivo de largo plazo”, enfatizó el vocero de los palmicultores.

Producción prácticamente estable respecto al año anterior

Mesa Dishington manifestó que aunque Colombia es el primer productor de aceite de palma de América y alcanzó un récord de producción de 1.629.596 toneladas en 2018, dicha cifra significó un leve incremento de 0,2 %, luego de experimentar un crecimiento histórico superior a 40 % en 2017. “Este freno de la producción nacional obedece, fundamentalmente, a los efectos rezagados del Fenómeno de El Niño de 2015” expuso.

El líder gremial señaló que, desde la perspectiva regional, la dinámica productiva fue asimétrica, pues “mientras las zonas Norte, Central y Sur Occidental experimentaron crecimientos de 7 %, 5 % y 13 % (respectivamente), la zona Oriental que es la de mayor tamaño en área sembrada, experimentó una contracción productiva superior a 7 %”.

Comercialización distorsionada por cuenta de regulación pública equivocada y la crisis de la palmicultura en Ecuador. El Presidente Ejecutivo de Fedepalma indicó que si bien el sector palmicultor mostró un comportamiento al alza en las exportaciones, las cuales representaron más de 53 % de total de la producción, ese aumento obedeció, en buena medida, a la pérdida de participación en el mercado local como efecto del incremento de las importaciones.

“Ese fenómeno de importaciones y exportaciones de aceite de palma, obedece a dos circunstancias: (i) en primer lugar, a las distorsiones regulatorias derivadas de la fijación de precios de biodiésel por parte del Gobierno Nacional, que genera dos señales de precio de venta del aceite de palma en el mercado local, y frente a lo cual los productores colombianos observan una mejor condición al exportar que si venden al mercado de biodiésel; y (ii) en segundo lugar, al hecho de que los precios de venta de aceite de palma en el mercado de Ecuador no reflejan su costo de oportunidad, ubicándose en algunos momentos por debajo de los precios de este producto en Indonesia, con lo que las condiciones de venta del mercado colombiano se vuelven la mejor opción de colocación para la producción ecuatoriana” precisó Mesa Dishington.

Nos preocupa que la crisis de la palma en Ecuador se transfiera a nuestra agroindustria

“El sector palmero ecuatoriano, que perdió el mercado de Venezuela, viene afrontando una difícil situación en la que se han conjugado problemáticas fitosanitarias, comerciales e incluso, de la propia gremialidad del sector en el vecino país”, destacó el vocero gremial.

Dijo que, según información de Ancupa, la enfermedad de la Pudrición del Cogollo afecta cerca de 60 % de área sembrada con palma de aceite en Ecuador y que esa crisis fitosanitaria es, en buena medida, resultado de las deterioradas condiciones de comercialización del aceite en dicho país, donde los precios de compra del fruto de palma han estado alrededor de USD 100 por tonelada, mientras que los costos de producción oscilan entre USD 125 y USD 130 por tonelada, situación que impide a los cultivadores ecuatorianos financiar las labores requeridas de fertilización y control fitosanitario.

“A lo anterior se suma el debilitamiento de la institucionalidad gremial del sector palmero en Ecuador que ha significado la desaparición de Fedepal, entidad de fomento a las exportaciones del sector palmero ecuatoriano que operaba como brazo comercializador del gremio palmero ecuatoriano, Ancupa. Esta pérdida ha puesto a la deriva la dinámica comercial del sector en Ecuador. En medio de ese panorama, desafortunadamente hay quienes han propiciado el auge de transacciones poco transparentes, como las relacionadas con el contrabando técnico y flujos de dinero provenientes de fuentes poco confiables”, indicó el líder gremial.

“Desde Fedepalma le hacemos un llamado al Gobierno Nacional para que revise la permanencia de Colombia en la CAN, por cuanto la difícil situación de la palmicultura en Ecuador ha ocasionado una mayor afluencia de importaciones de aceite provenientes de ese país que entran a Colombia sin cumplir con la normativa de comercialización aplicable para la producción nacional, lo cual ha desplazado nuestro aceite que ha tenido que ser colocado en los mercados internacionales. La palmicultura de Ecuador atraviesa una crisis institucional, fitosanitaria y comercial; no podemos permitir que esa crisis se trasmita a Colombia y agrave aún más la coyuntura de los palmicultores en nuestro país”, manifestó Mesa Dishington.

Alto costo país y baja competitividad de los sectores exportadores

El líder gremial señaló que los resultados del desempeño del sector palmero colombiano en 2018, y del agro en su conjunto que mostró una desaceleración en su crecimiento económico al pasar de 5,5 % en 2017 a 2% en 2018, necesariamente deben evaluarse tomando en consideración el elevado costo país que enfrentan los productores agropecuarios para sacar adelante sus emprendimientos en el campo.
“Colombia enfrenta una situación muy delicada, especialmente en aquellos sectores intensivos en mano de obra como lo son muchos sectores agrícolas. Las estadísticas revelan que mientras la productividad de la mano de obra en el agro es muy baja y no crece, el costo laboral, medido a través del salario real, aumenta de manera sostenida, con el agravante de una pérdida de competitividad de la producción nacional de tipo transable, dado el fenómeno de revaluación de la tasa de cambio respecto al dólar”, aseveró Mesa Dishington.

Destacó que, un análisis de largo plazo sobre la evolución de la tasa de cambio real y el desempeño del salario mínimo con todas las prestaciones de ley medido en dólares, indica que mientras la tasa de cambio ha experimentado una apreciación promedio anual de 2 % durante los últimos 15 años, el costo laboral se ha incrementado 8 % anual en el mismo periodo. “Esto revela un claro deterioro de la competitividad del agro y la industria colombiana que son sectores transables e intensivos en mano de obra”, aseguró.
El Presidente Ejecutivo de Fedepalma indicó que, a lo anterior, se suma el retraso en infraestructura y el difícil panorama tributario que viene castigando onerosamente a las iniciativas que se han aventurado a generar valor en la Colombia rural. En tal sentido, recordó que el informe final de la Comisión de Expertos para la Equidad y la Eficiencia Tributaria, el cual es anterior a la última Ley de Financiamiento, en su página 69 (Cuadro 11), revela que la tasa efectiva de tributación de las empresas del sector agropecuario que declaran, alcanza 104,6 %. “Este hallazgo reviste gran preocupación para los agricultores de Colombia, pues resulta evidente que el esquema tributario es confiscatorio para las apuestas agrícolas formales del país y, como tal, constituye uno de los principales obstáculos para que las apuestas productivas del campo se desarrollen en el ámbito de la formalidad”, enfatizó Mesa Dishington.

“Todos estos aspectos configuran un elevado costo país, especialmente para los emprendimientos del sector agropecuario y se hacen más evidentes en momentos difíciles de coyuntura sectorial. Es necesario que el Gobierno Nacional aborde con profundidad y contundencia esta problemática estructural, para lo cual se requiere un paquete de medidas que equilibren las condiciones de mercado y permitan superar las dificultades que se están presentando”, señaló el líder de los palmicultores.

Se está gestando un movimiento en contra de la palma de aceite por reclamos de sostenibilidad que tienen un trasfondo comercial. La agroindustria colombiana es diferente.
“La palma de aceite es un cultivo mucho más joven que otras oleaginosas en el ámbito internacional y, en virtud de su alta productividad por hectárea, requiere menor cantidad de tierra para producir una tonelada de aceite.

En razón a ello, actualmente los aceites de palma se ubican en el primer lugar dentro del ranking de la producción mundial de aceites y grasas vegetales, al consolidar más de 33 % de la oferta mundial de estos productos. Esta situación ha afectado el statu-quo de competidores que producen aceites a partir de otros cultivos, presionando campañas de desprestigio sobre el aceite de palma, la proliferación de mensajes negativos y afirmaciones engañosas sobre nutrición, salud o medio ambiente”, reveló Mesa Dishington.

Señaló que en el mercado europeo el aceite de palma enfrenta campañas en contra de su consumo en usos comestibles, asociados a temas de sostenibilidad, a través de las etiquetas de ciertos productos con el aviso “libre de aceite de palma”, en supermercados de diferentes países europeos, como Francia, Italia, España e Inglaterra, entre otros.
También indicó que la nueva Directiva de Energías Renovables de la Unión Europea y su posterior reglamentación, califica al aceite de palma como de “alto riesgo” de cambio indirecto en el uso del suelo (iLUC por sus siglas en inglés), con lo que podría disminuirse el consumo de aceite de palma para biodiésel en los próximos años en el continente europeo, en la medida en que no calificaría como un combustible renovable. “Si bien esta moción surge, aparentemente, como reacción a la preocupación derivada de los cuestionamientos a las prácticas ambientales en el desarrollo del cultivo de palma de aceite por parte de los países líderes del Sudeste Asiático (Malasia e Indonesia), lo cierto es que reviste intereses y preocupaciones eminentemente comerciales en pro de la defensa de las oleaginosas europeas, y se empieza a convertir en un movimiento que busca cerrar mercados a los productos de origen tropical”, aclaró el directivo gremial.

Mesa Dishington señaló que este movimiento en contra de la palma de aceite en Europa reviste gran preocupación para el sector palmero colombiano, pues 60 % de las exportaciones del sector se colocan en esa región del mundo. “Esperamos que la Comunidad Europea, de conformidad con los mismos estudios que ha referenciado en sus reportes al Parlamento Europeo, otorgue un tratamiento diferencial a los doce (12) países productores de aceite de palma donde la deforestación asociada a la expansión de esta oleaginosa es menor a 10 %; Colombia es uno de esos países cuya tasa de deforestación asociada a palma de aceite es prácticamente inexistente”, destacó el Presidente de Fedepalma.
El aceite de palma es el aceite de Colombia. Fedepalma viene desarrollando toda una estrategia para posicionar la palma de aceite colombiana como única y diferenciada.

“El aceite de palma es el aceite de Colombia, que por muchos años ha sido ese ingrediente secreto en productos alimenticios y versátil en usos no comestibles, como el biodiésel de palma. Los colombianos debemos conocer y valorar nuestro producto” exaltó Mesa Dishigton. También señaló que la agroindustria ha venido trabajando en hacerle una fuerte promoción al aceite de palma en el mercado local, e igualmente ha trabajado también en mejorar la imagen en el panorama internacional, donde el aceite de palma enfrenta retos y la palmicultura colombiana tiene grandes oportunidades.
“El 2018 también culmina con importantes avances en la consolidación internacional de la palmicultura colombiana, como una alternativa sostenible para los distintos mercados, en especial para el europeo. La firma de la Declaración Conjunta entre Fedepalma, la Industria de Aceites y Grasas de los Países Bajos (MVO), Solidaridad Network y la Iniciativa de Comercio Sostenible de los Países Bajos (IDH), tiene el objetivo de aumentar la producción y el comercio internacional del aceite de palma colombiano, teniendo en cuenta el compromiso de este bloque de países de consumir 100 % de aceite de palma sostenible para 2021”, manifestó el líder gremial.

Proyecciones para 2019
Mesa Dishington manifestó que, en lo que concierne a perspectivas de producción de aceite de palma, se espera que supere 1.710.000 toneladas en 2019, lo que equivaldría a un aumento de 5 % frente a lo producido en 2018.
“Esperamos que el Gobierno del Señor Presidente, Iván Duque Márquez, ponga punto final al desorden en la comercialización local del aceite de palma en Colombia, con la correcta lectura de la metodología del FEP Palmero dentro de la fórmula del Ministerio de Minas y Energía para el biodiésel de palma. Igualmente, la agroindustria de la palma de aceite espera que se reactive el avance en el Programa Nacional de Biodiésel, camino que le haría mucho bien a las grandes ciudades del país que, como Medellín y recientemente Bogotá, vienen enfrentando problemas en calidad del aire.

El Presidente Ejecutivo de Fedepalma manifestó que Colombia tiene condiciones naturales para desarrollar la producción de muchos subsectores entre ellos el de la palma de aceite, pero para que esto se materialice, no solo se requieren buenas perspectivas internacionales y una visión empresarial y agroindustrial para el desarrollo de las iniciativas productivas, resulta indispensable que Colombia reduzca su costo país y ofrezca condiciones adecuadas de competitividad.

Suscribase Newsletter semanal food

Otras publicaciones

ING logo DAIRY  logo DRINK

-

_

Proveedores Destacados

 

NHU logo
doehler logo   
Exberry logo PP
Beneo logo
kiwi enzyme logo

Logo Synergy

Plant-based

         Logo Tomra
    Rousselot Peptan
Oterra
Logo Corbion new
 Logo Sweegen
|