La ganadería colombiana atraviesa un proceso de transformación que apunta a mejorar la productividad sin comprometer los recursos naturales. En un país donde el 65 % de los suelos agrícolas presentan algún grado de degradación, la implementación de prácticas de agricultura regenerativa se perfila como una solución viable para recuperar tierras, conservar la biodiversidad y garantizar la seguridad alimentaria.
En el departamento del Cesar, especialmente en Valledupar, dos fincas se han convertido en referentes de este cambio. Con el apoyo de Nestlé Colombia, los productores han incorporado modelos de manejo sostenible que no solo han elevado la calidad de la leche, sino que también han reducido el impacto ambiental de la actividad ganadera.
Silvopastoreo para recuperar los suelos
Uno de los casos más destacados es el de la Hacienda El Laurel, liderada por José María Calvo. Allí se aplica el sistema de silvopastoreo, que combina árboles, pastos y ganado en un mismo espacio productivo. Bajo este esquema, las vacas pastorean en potreros arbolados que les brindan sombra y mejoran su bienestar.
“Percibimos que estas condiciones no solo aumentan la producción de leche, sino que también permiten que los suelos se regeneren gracias a mejores procesos físicos y químicos”, explicó Calvo. Este tipo de manejo demuestra que la ganadería no tiene por qué estar reñida con la conservación de los ecosistemas, sino que puede convertirse en un aliado para restaurar áreas afectadas por la deforestación o el sobrepastoreo.
Biodigestores y manejo eficiente del agua
Otro ejemplo lo aporta la Finca San Carlos, administrada por Augusto Urbina, donde se emplean biodigestores y prácticas de uso responsable del agua. El biodigestor transforma la boñiga en gas para la cocina y en biól, un fertilizante orgánico que nutre los pastos.
“Antes, durante los veranos prolongados, la producción de leche se reducía porque el ganado no tenía alimento suficiente. Hoy, gracias al biól, los pastos crecen incluso en épocas secas y los animales siempre cuentan con forraje fresco”, destacó Urbina. Este tipo de innovaciones permiten reducir costos, aprovechar los residuos y asegurar la continuidad del negocio, incluso en contextos de variabilidad climática.
Nestlé, un aliado estratégico
El acompañamiento técnico de Nestlé ha sido determinante para consolidar estos avances. La compañía, presente en Colombia desde hace más de ocho décadas, trabaja en conjunto con productores para fomentar la agricultura regenerativa como eje de su cadena de valor. Actualmente, el 75 % de la leche que adquiere Nestlé en el país proviene de ganaderos que aplican prácticas sostenibles.
El apoyo no se limita a asesorías técnicas: también incluye formación, acceso a tecnología y acompañamiento para garantizar que las fincas logren procesos más eficientes, rentables y amigables con el medio ambiente. De esta manera, los productores no solo elevan la calidad de su leche, sino que también mejoran sus ingresos y la calidad de vida de sus familias.
Un modelo para el futuro del campo colombiano
La experiencia en Valledupar demuestra que la transición hacia una ganadería sostenible es posible y beneficiosa. Al implementar sistemas regenerativos, los productores reducen emisiones, restauran suelos y protegen la biodiversidad, mientras aseguran una producción de leche de primera calidad.
En un contexto en el que la demanda mundial de alimentos crece y el cambio climático amenaza la seguridad alimentaria, iniciativas como estas reafirman que el futuro del campo colombiano debe construirse sobre modelos de producción responsables.
La apuesta por la agricultura regenerativa no solo transforma la manera en que se produce la leche en Colombia, sino que también proyecta al país como referente en sostenibilidad y en la búsqueda de un equilibrio entre productividad, ambiente y bienestar social.