Después de más de una década de investigación, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en San Juan presentó una nueva variedad de quinua que marca un hito en la producción agrícola del país.
Bautizada como Morillos INTA, esta variedad es la segunda registrada oficialmente en Argentina y se destaca por su gran productividad y versatilidad para adaptarse a diferentes condiciones climáticas y de suelo.
El logro no es menor: se necesitaron 12 años de mejoramiento genético y ensayos a campo para obtener una quinua con un rendimiento que puede alcanzar los 2.000 kilos por hectárea. Esto abre la puerta a un futuro prometedor para la producción local, en una provincia que busca diversificar su matriz agrícola y superar la baja rentabilidad de cultivos tradicionales.
Una variedad resistente y adaptable
De acuerdo con Lucas Francisco Guillén, investigador de la Agencia de Extensión Rural (AER) Calingasta, Morillos INTA es “mucho más versátil y adaptable a diferentes condiciones de cultivo y suelos”. Aunque fue desarrollada para responder a los desafíos agroclimáticos de San Juan, su comportamiento también está siendo evaluado en otras provincias, con resultados alentadores frente a otras variedades de quinua disponibles.
La nueva variedad se distingue por su capacidad para soportar suelos salinos, sequías y heladas, condiciones que suelen limitar otros cultivos. Además, al ser de ciclo corto, permite realizar hasta dos cosechas anuales, una en primavera y otra en otoño, lo que aumenta la eficiencia y la rentabilidad para los productores.
Una oportunidad industrial y de consumo humano
Otro aspecto clave de Morillos INTA es su aptitud para el procesamiento industrial, especialmente en la elaboración de harinas y bebidas proteicas. Esto la convierte en una materia prima estratégica para el desarrollo de nuevos productos alimenticios, en un mercado que muestra un crecimiento constante en la demanda de granos andinos y alimentos funcionales.
En palabras de Guillén, esta variedad “no solo aporta a la producción de quinua en Argentina, sino que también contribuye a diversificar la producción agrícola y generar nuevas oportunidades para los productores”. La quinua, por sus propiedades nutricionales y su prestigio como superalimento, tiene un potencial creciente tanto en el mercado interno como en la exportación.
San Juan, una nueva región para la quinua
Hasta ahora, el cultivo de quinua en Argentina se concentraba principalmente en las provincias de Salta y Jujuy, donde las condiciones naturales de los Andes resultan favorables. Sin embargo, la creciente demanda nacional e internacional ha impulsado la búsqueda de nuevas regiones productivas, y San Juan aparece como una candidata estratégica gracias a sus condiciones agroecológicas y fitosanitarias.
El lanzamiento de Morillos INTA forma parte de un proceso iniciado en 2013, cuando el INTA se propuso reintroducir la quinua en la provincia como alternativa a los cultivos tradicionales. Este esfuerzo ahora rinde frutos con una variedad que combina alto rendimiento, resiliencia y potencial de mercado.
Innovación y agregado de valor
En paralelo, el Ministerio de Ciencia y Técnica, en conjunto con INTA y Conicet, presentó recientemente “BIBA Quínoa”, el primer alimento bebible basado en este cultivo. El proyecto integra a agricultores de San Juan y a una pyme de Luján, en la provincia de Buenos Aires, que se encargará de la elaboración. Este desarrollo muestra cómo la investigación pública puede impulsar cadenas de valor completas, desde el campo hasta el consumidor final.
Con Morillos INTA y proyectos como BIBA Quínoa, Argentina avanza en consolidar a la quinua como un cultivo estratégico, capaz de diversificar la agricultura, fortalecer economías regionales y responder a la demanda creciente de alimentos saludables en el mundo.