En una muestra de compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo social, dos importantes compañías del sector de alimentos y bebidas en Colombia han unido esfuerzos para mejorar las condiciones de vida de cientos de recicladores.
Se trata de una alianza entre una de las principales empresas de bebidas del país y un reconocido productor de envases de aluminio, que han anunciado una inversión conjunta de 161 millones de pesos destinada a apoyar directamente a 587 recicladores en los departamentos de Cundinamarca y Atlántico.
Esta iniciativa se desarrolla en el marco del programa FARO, sigla de Fortalecimiento a Asociaciones de Recicladores de Oficio, que busca dignificar la labor de los recicladores y mejorar las condiciones operativas de las organizaciones que los agrupan. Gracias a esta nueva fase del programa, los beneficiarios recibirán herramientas clave para su trabajo diario: carretas de recolección, bonos de alimentación, seguros de vida y dotación completa de uniformes y elementos de protección personal.
Los recicladores impactados por esta alianza operan en zonas urbanas y periurbanas de Bogotá, Tocancipá, Zipaquirá, Madrid, Mosquera, Barranquilla, Soledad y Malambo, territorios estratégicos para la cadena de recolección y aprovechamiento de residuos sólidos en el país. El impacto de esta acción va más allá del bienestar individual, ya que fortalece una etapa crítica de la economía circular, fundamental para la sostenibilidad del sector de alimentos y bebidas.
La empresa de bebidas, reconocida por su liderazgo en el mercado colombiano y su pertenencia a uno de los grupos empresariales más influyentes del país, ha venido promoviendo desde hace años programas sociales y ambientales centrados en la recolección responsable de materiales reciclables. Con FARO, que ya agrupa a más de 5.468 recicladores en 19 departamentos del país, la compañía reafirma su apuesta por un modelo de negocio que integre el bienestar social con la eficiencia ambiental.
Por su parte, la empresa aliada en este proyecto —una multinacional especializada en la fabricación de envases de aluminio para la industria de bebidas— también ha fortalecido su enfoque de sostenibilidad. Con más de un siglo de trayectoria y presencia en más de 40 países, esta firma ha hecho de la economía circular uno de los pilares de su operación global. Su participación en esta alianza responde al objetivo de promover un sistema de producción más limpio y justo, en el que los materiales como el aluminio sean recuperados, reciclados y reincorporados al ciclo productivo de manera eficiente.
Esta colaboración estratégica entre dos actores clave del sector tiene un impacto directo en la cadena de valor de la industria de alimentos y bebidas en Colombia, al asegurar el aprovechamiento de envases y materiales reciclables, reduciendo los costos ambientales y promoviendo la inclusión social. A través del fortalecimiento del trabajo de base que realizan los recicladores, las empresas garantizan un suministro más sostenible de materias primas secundarias, esenciales para el diseño de empaques circulares, altamente valorizables y reutilizables.
Además del impacto ambiental, este tipo de alianzas promueven una transformación en la percepción del reciclaje como actividad profesional, valorando el aporte de quienes trabajan día a día en las calles recogiendo materiales que, de otra forma, terminarían en vertederos o contaminando ecosistemas. Con herramientas, protección y formación, los recicladores pueden mejorar sus ingresos, acceder a servicios básicos y consolidar su papel dentro de la economía nacional.
Así, esta alianza entre la industria de bebidas y la producción de envases no solo responde a una necesidad ambiental, sino también a una visión compartida de desarrollo inclusivo, en la que cada eslabón de la cadena cuenta. El reciclaje, como actividad esencial, se convierte en motor de innovación social, ambiental y económica para el futuro de la industria alimentaria en Colombia.