FoodNewsLatam - Avances en biotecnología en América Latina con innovación al servicio del desarrollo

Avances en biotecnología en América Latina con innovación al servicio del desarrollo

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La biotecnología se ha convertido en una herramienta estratégica para enfrentar desafíos clave como la seguridad alimentaria, la salud pública, la sostenibilidad ambiental y el desarrollo industrial.

En América Latina, varios países están apostando por la investigación y aplicación de tecnologías biotecnológicas de última generación, con avances significativos en edición genética, bioinsumos agrícolas, vacunas y soluciones verdes. Entre los líderes de esta transformación destacan Brasil, Argentina y México, que concentran la mayor parte del ecosistema biotecnológico regional.

Brasil: líder en edición genética agrícola

Brasil se posiciona como el país latinoamericano más avanzado en biotecnología, particularmente en el sector agrícola. El país ha impulsado fuertemente la investigación en organismos genéticamente modificados (OGM), con cultivos de soya, maíz y algodón transgénicos ampliamente adoptados. Recientemente, Brasil dio un paso más con la autorización de cultivos editados con CRISPR, una tecnología de edición genética de alta precisión.

El gobierno brasileño, a través de la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio), ha promovido un marco regulatorio ágil que favorece la innovación. Esto ha permitido el desarrollo de nuevas variedades de plantas resistentes a plagas, sequías y enfermedades, lo que no solo mejora la productividad, sino que también reduce el uso de agroquímicos.

Además, empresas brasileñas están desarrollando bioinsumos y microorganismos benéficos para el suelo que reemplazan a fertilizantes tradicionales, con importantes beneficios ambientales. El sector también explora la biotecnología industrial para la producción de bioplásticos, bioetanol de segunda generación y enzimas para la industria alimentaria.

Argentina: biotecnología aplicada a la salud y agricultura

Argentina es otro de los referentes en biotecnología en América Latina, con más de 250 empresas biotecnológicas activas, muchas de ellas exportadoras de tecnología. La bioagricultura es un sector clave: el país desarrolló el primer trigo transgénico aprobado en el mundo, resistente a la sequía, lo cual marca un hito global en la modificación genética de cereales.

En el campo de la salud, Argentina ha destacado por su capacidad de innovación en vacunas y biomedicina. Durante la pandemia de COVID-19, fue uno de los países seleccionados para la producción regional de la vacuna de Oxford-AstraZeneca. Asimismo, compañías como mAbxience han desarrollado anticuerpos monoclonales y biosimilares para el tratamiento de enfermedades como el cáncer o la artritis reumatoidea.

El gobierno argentino, junto con el sector privado y universidades, ha promovido parques tecnológicos y centros de investigación, como el Polo Científico Tecnológico de Buenos Aires, que alberga iniciativas punteras en genética, farmacología y biotecnología vegetal.

México: biotecnología enfocada en bioeconomía y salud

México ha consolidado su ecosistema biotecnológico en torno a sectores como la bioeconomía, la salud y la alimentación. Universidades como el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la UNAM son líderes en investigación genética, bioingeniería y bioprocesos.

Un área de gran desarrollo en México es la producción de vacunas humanas y veterinarias, así como la investigación en terapias avanzadas, como medicina regenerativa y células madre. En el ámbito agrícola, México impulsa el desarrollo de biofertilizantes y controladores biológicos que ayudan a hacer más sostenible la producción rural.

Además, el país ha apostado por startups de biotecnología que trabajan en enzimas industriales, proteínas vegetales, cosmética sustentable y tratamiento de residuos orgánicos mediante fermentación y biomasa.

Una región con potencial estratégico

Estos tres países marcan el rumbo de la biotecnología en América Latina, pero el interés se expande a otras naciones como Chile, Colombia y Uruguay, donde también se fortalecen políticas públicas e inversiones en el sector. Con una rica biodiversidad, talento científico y desafíos comunes, América Latina tiene el potencial de convertirse en un polo global de innovación biotecnológica con soluciones sostenibles adaptadas a sus realidades.

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