Brusque, en el estado de Santa Catarina, figura entre las diez ciudades de Brasil con mayor consumo de alimentos ultraprocesados, ocupando el décimo lugar, según un estudio realizado por el Centro de Investigaciones Epidemiológicas en Nutrición y Salud (Nupens) de la Universidad de São Paulo (USP).
El análisis muestra que el sur del país y el estado de São Paulo presentan los niveles más altos de consumo. De las 26 ciudades con los mayores índices, 25 están en Santa Catarina. La única excepción es Porto Alegre, en Río Grande del Sur, que se posiciona en el lugar 19.
¿Qué son los alimentos ultraprocesados?
Se trata de productos industriales elaborados a partir de ingredientes poco comunes en la cocina casera, como jarabe de maíz de alta fructosa, grasas hidrogenadas, proteínas modificadas y una variedad de aditivos como colorantes, saborizantes y conservantes. Estos componentes aumentan la durabilidad y el atractivo del producto.
Para identificarlos fácilmente, basta con revisar la lista de ingredientes: una larga lista de elementos poco reconocibles es un indicio claro de que se trata de un ultraprocesado.
Productos comunes en la dieta diaria
Entre los alimentos más consumidos de esta categoría se encuentran bebidas gaseosas, golosinas, chocolates, snacks empacados, helados, panes industriales, margarinas, cereales azucarados, comidas congeladas, productos instantáneos, carnes procesadas, y bebidas lácteas saborizadas.
El estudio empleó modelos estadísticos para estimar el porcentaje de calorías que estos productos representan en la dieta de los habitantes de cada municipio. Los resultados muestran un rango que va del 5,7% en Aroeiras do Itaim (Piauí) hasta el 30,5% en Florianópolis (Santa Catarina).
En Brusque, los ultraprocesados representan el 26,86% de las calorías diarias. São Paulo capital no se queda atrás, con un 25,5%. En contraste, ciudades del Norte como Palmas registran consumos notablemente más bajos, alrededor del 12,2%.
Factores que explican el consumo
El estudio apunta a que el consumo de ultraprocesados está directamente relacionado con factores socioeconómicos y el grado de urbanización. Las ciudades con mayores ingresos y mayor acceso a supermercados tienden a consumir más estos productos.
Sin embargo, en regiones rurales o de bajos ingresos, aunque el consumo de ultraprocesados es menor, las dietas suelen carecer de variedad y de alimentos frescos como frutas y verduras.
Un problema de salud pública
La alta ingesta de ultraprocesados se asocia con enfermedades como obesidad, diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares. Los expertos enfatizan la urgencia de implementar políticas públicas que promuevan una alimentación saludable, regulen la publicidad de estos productos y fortalezcan la educación nutricional.
Aunque existen diferencias regionales, el consumo excesivo de ultraprocesados representa una preocupación nacional que exige una respuesta coordinada para proteger la salud de la población.