La industria de procesamiento de leche de Achacachi, ubicada en el altiplano del departamento de La Paz, se consolida como un pilar fundamental en la provisión de productos lácteos para programas sociales estratégicos en Bolivia.
Con una reciente ampliación que demandó una inversión superior a los Bs 45,2 millones, la planta alcanzará una capacidad de producción de 40.000 litros diarios, marcando un hito en el fortalecimiento de la cadena láctea nacional.
Este impulso responde directamente a las crecientes necesidades del subsidio del binomio madre-niño y del suplemento alimenticio escolar, dos programas clave para la seguridad alimentaria en el país. Según informó el gerente de la Empresa Boliviana de Alimentos y Derivados (EBA), Wilson Condori, “estamos hablando del subsidio como principal mercado; nuestro segundo mercado es el alimento complementario escolar”.
Los productos derivados de esta planta no solo abastecen a los municipios del departamento de La Paz, sino que también se distribuyen a otras regiones del país, como La Guardia en Santa Cruz y diversos municipios de Cochabamba. Esto demuestra la creciente cobertura nacional de la industria, que actúa como un nexo entre la producción del altiplano y las demandas nutricionales en distintas zonas urbanas y rurales.
Además de fortalecer la seguridad alimentaria, la planta beneficia directamente a más de 1.265 productores lecheros, quienes encuentran en esta industria una salida estable y sostenible para su producción diaria. Este vínculo directo entre los pequeños y medianos productores y la infraestructura industrial garantiza la reactivación económica en las comunidades rurales y reduce la dependencia de importaciones.
En términos de productos, la planta de Achacachi ofrecerá una gama diversificada que incluye leche entera UHT de larga vida, leche deslactosada, leche light, leche chocolatada, y versiones con sabores o cereales. Esta variedad responde tanto a los requisitos nutricionales de los programas sociales como a las preferencias del consumidor general, fortaleciendo así su competitividad en el mercado nacional.
“El proyecto es sostenible porque está basado en la articulación entre la capacidad de oferta de los productores y la demanda real del mercado”, subrayó Condori en una entrevista con Bolivia TV. Añadió que la empresa ha trabajado de manera conjunta con los productores para asegurar el abastecimiento constante de materia prima y evitar cuellos de botella en la cadena de suministro.
La estrategia de expansión de EBA también posiciona a los productos de Achacachi como altamente competitivos en precio y calidad, lo que abre oportunidades para captar un tercer nicho de mercado más allá de los programas sociales: el consumidor general.
Este modelo de desarrollo industrial basado en el valor agregado, la inclusión productiva y la sostenibilidad económica refuerza el compromiso del Estado con la soberanía alimentaria y el desarrollo regional. La planta de Achacachi no solo es un motor productivo, sino también un símbolo del potencial agroindustrial de Bolivia cuando se articula con políticas públicas eficientes y con el protagonismo de los productores locales.