En una ciudad tan diversa y cosmopolita como Buenos Aires, donde la oferta gastronómica se renueva sin cesar, la posibilidad de viajar a través de los sabores se ha convertido en una experiencia cotidiana.
En ese contexto se inserta Saigón Noodle Bar, una propuesta que invita a sumergirse en el auténtico street food vietnamita, con locales en San Telmo, Palermo y Retiro, y una premisa clara: acercar los sabores del Sudeste Asiático al paladar porteño, a precios accesibles y sin perder su esencia.
Fundado en 2016 por el empresario Matías Mc Lurg, Saigón surge de un anhelo personal y de una experiencia concreta: su paso por Francia, donde entró en contacto con la cocina vietnamita en los barrios asiáticos de París. Inspirado por esa vivencia, decidió traer ese universo de sabores al corazón de Buenos Aires, apostando por una fórmula sencilla pero potente: comida callejera de calidad, con ingredientes frescos, naturales y elaborados artesanalmente.
La carta de Saigón refleja la riqueza culinaria de Vietnam, con una selección de platos que va desde entradas ligeras hasta sopas tradicionales, curries intensos y postres típicos. Entre sus especialidades más destacadas se encuentra el Phở, la sopa nacional vietnamita, elaborada con un caldo de cocción lenta, fideos de arroz, carne o tofu, brotes de soja, cilantro fresco, cebolla morada y lima. Este plato, que ha ganado popularidad en diversas capitales del mundo, encuentra en Buenos Aires un público curioso y cada vez más receptivo a nuevos ingredientes y combinaciones.
Otro protagonista de la carta es el Bánh mì, el famoso sándwich vietnamita que combina pan tipo baguette con encurtidos caseros, pepino, cilantro, paté de cerdo y proteínas como cerdo caramelizado o pollo al curry. En este caso, el vínculo con la panadería argentina es inmediato, pero el uso de ingredientes poco frecuentes como el daikon (rábano blanco japonés) o la salsa hoisin genera una fusión novedosa que despierta el interés de quienes buscan salir de la rutina del paladar.
El uso de hierbas frescas (albahaca asiática, menta, cilantro), salsas fermentadas (como el nuoc mam, a base de pescado), vegetales encurtidos, y condimentos como el jengibre, el lemongrass (citronela) o el chile picante, le otorgan a cada preparación un carácter vibrante y distintivo. Muchos de estos ingredientes, antes difíciles de conseguir en Argentina, han comenzado a incorporarse tímidamente en verdulerías y supermercados especializados, impulsados por el auge de cocinas asiáticas en la ciudad.
Saigón Noodle Bar no solo democratiza el acceso al street food vietnamita, sino que también educa al consumidor local, introduciendo sabores, texturas y productos que poco a poco se hacen familiares. Su propuesta, contemporánea e informal, se convierte así en un puente entre culturas, donde cada plato es una invitación a descubrir y experimentar. Porque en Buenos Aires, comer también puede ser una forma de viajar.