FoodNewsLatam - Suplementación con colágeno: ¿inversión en salud o un simple gasto?

Suplementación con colágeno: ¿inversión en salud o un simple gasto?

Internacional Bioseguridad

En los últimos años, los suplementos de colágeno han ganado protagonismo en el mercado de la nutrición y la estética. Se promocionan como aliados para reafirmar la piel, reducir arrugas, fortalecer articulaciones y hasta mejorar la salud ósea y muscular. Sin embargo, surge la pregunta inevitable: ¿realmente funcionan o se trata de una estrategia de marketing más?

Para responder, conviene recordar qué es el colágeno. Según explica el científico biomédico Thiago Martins, máster en medicina estética, se trata de una proteína estructural esencial producida de forma natural por el organismo. “El colágeno representa cerca del 30 % de todas las proteínas del cuerpo humano y está presente en la piel, cartílagos, tendones, ligamentos y huesos. Su función principal es mantener unidas las células y garantizar la integridad de los tejidos”, detalla.

El problema surge con el paso del tiempo: a partir de los 25 o 30 años, la producción natural de colágeno disminuye entre un 1 % y 1,5 % cada año. Como resultado, la piel pierde firmeza, las arrugas se hacen más visibles y los tejidos se vuelven más vulnerables. De acuerdo con el dermatólogo Lucas Miranda, de la Sociedad Brasileña de Dermatología, este proceso se acelera con factores externos como la exposición solar, el tabaquismo, el estrés o una alimentación deficiente.

Frente a este escenario, la suplementación con colágeno, especialmente en su forma hidrolizada (péptidos), aparece como una alternativa. Estudios clínicos muestran que, tras algunos meses de consumo regular, puede mejorar la hidratación y elasticidad de la piel. No obstante, los expertos subrayan que no es una solución mágica ni debe reemplazar hábitos de cuidado fundamentales, como la fotoprotección y una dieta equilibrada.

Miranda enfatiza que los suplementos funcionan mejor como complemento dentro de un plan integral de salud y estética. En dermatología, por ejemplo, se combinan con procedimientos que estimulan la producción endógena de colágeno —como láseres, ultrasonido microfocalizado o bioestimuladores—, potenciando los resultados.

En cuanto a la salud articular, los beneficios también existen, aunque son más discretos. El ortopedista Daniel Oliveira explica que el colágeno hidrolizado, sobre todo si se acompaña de vitamina C, puede ayudar a mantener el cartílago y aliviar molestias leves en personas con desgaste articular inicial o en deportistas que exigen más a sus articulaciones. Sin embargo, recalca que debe entenderse como un aliado y no como un tratamiento único: la alimentación, el ejercicio regular y la fisioterapia continúan siendo pilares insustituibles.

Ahora bien, no todo lo que se dice sobre el colágeno es cierto. Afirmaciones como que refuerza la inmunidad o prolonga la longevidad carecen de respaldo científico. La geriatra Simone de Paula Pessoa Lima es clara: “Ningún suplemento por sí solo puede mejorar la inmunidad ni prolongar la vida. Son procesos complejos, influenciados por múltiples factores a lo largo del tiempo”.

En definitiva, la suplementación con colágeno puede ofrecer beneficios tangibles, especialmente para la piel y, en menor medida, para las articulaciones. Pero su eficacia depende de la calidad del producto, la constancia en el consumo y el acompañamiento de hábitos saludables. Más que una promesa milagrosa, debe verse como una herramienta complementaria dentro de un enfoque integral de bienestar y prevención.

|