La emblemática galleta Oreo, famosa en todo el mundo por su inconfundible combinación de galleta de chocolate y cremoso relleno blanco, enfrenta crecientes rumores sobre un posible retiro del mercado mexicano.
En las últimas semanas, consumidores en distintas regiones del país han reportado la ausencia del producto en supermercados, tiendas de conveniencia y grandes cadenas de autoservicio, lo que ha alimentado una ola de especulaciones en redes sociales y medios especializados.
Mondelēz México, la filial local de la multinacional encargada de la producción y distribución de Oreo, no ha emitido hasta el momento un comunicado oficial que confirme o desmienta esta posible retirada. Este silencio institucional ha incrementado la incertidumbre y abierto paso a todo tipo de teorías: desde ajustes logísticos y reestructuración en los canales de distribución, hasta un posible retiro como respuesta a las crecientes críticas contra los alimentos ultraprocesados.
Algunos analistas del sector alimentario sugieren que la compañía podría estar reevaluando su estrategia en México ante un entorno cada vez más regulado. En los últimos años, el país ha adoptado nuevas políticas de etiquetado frontal, que obligan a destacar de manera clara los productos altos en azúcares, grasas saturadas, calorías y sodio. Oreo, como muchas otras marcas populares, ha sido etiquetada con varios de estos sellos de advertencia, lo que podría estar afectando su imagen ante un consumidor más consciente de su salud.
Además, organismos como el Environmental Working Group (EWG) han advertido que algunos ingredientes presentes en Oreo —como el aceite de palma refinado, emulsificantes y saborizantes artificiales— podrían tener efectos negativos en la salud si se consumen regularmente y en grandes cantidades. Estos cuestionamientos coinciden con una tendencia creciente en el país hacia la alimentación más natural, orgánica y basada en ingredientes reconocibles por el consumidor promedio.
Ante este panorama, las reacciones no se han hecho esperar. Miles de usuarios han compartido en redes sociales mensajes de nostalgia, preocupación o incluso satisfacción. Algunos recuerdan con cariño los momentos de la infancia ligados al ritual de girar, lamer y sumergir la galleta en leche, mientras otros celebran lo que interpretan como un pequeño triunfo frente a las grandes corporaciones de alimentos industrializados.
Por ahora, sin una postura oficial de Mondelēz México, el futuro de Oreo en el país sigue en el aire. Lo cierto es que, en muchos estantes mexicanos, su ausencia ya es notoria, y con ella parece desvanecerse una parte del imaginario colectivo de varias generaciones.