En el marco del Primer Comité Departamental de Inspección, Vigilancia y Control de la Cadena Cárnica 2025, celebrado en Cundinamarca, se trazaron nuevas estrategias para asegurar que la carne que consumen los colombianos cumpla con los más altos estándares sanitarios desde su origen hasta su comercialización.
El mercado cárnico en Colombia avanza con pasos firmes hacia una mayor seguridad alimentaria y calidad sanitaria. Este comité, liderado por la Secretaría del Agrocampesinado de Cundinamarca, reunió a actores clave del sector público y privado, incluyendo el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA), el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), la Policía Nacional, la Fiscalía Seccional, autoridades departamentales y gremios representativos de las cadenas bovina, caprina, porcina y avícola.
Durante el encuentro, se analizaron los principales avances en trazabilidad y control sanitario, así como los retos que enfrenta el país para garantizar la legalidad y la inocuidad en la cadena de valor cárnica. El objetivo es claro: que los consumidores tengan plena confianza en que la carne que llega a sus mesas proviene de procesos certificados, seguros y regulados.
“Queremos que los colombianos puedan adquirir productos cárnicos con total tranquilidad, sabiendo que cumplen las normas sanitarias y que provienen de una cadena legal y transparente”, afirmó Hernán Camilo Torres, gerente de Ganadería de la Secretaría del Agrocampesinado. Este esfuerzo busca erradicar prácticas ilegales como el sacrificio clandestino y la comercialización de carne sin control veterinario, fenómenos que no solo afectan la economía formal, sino que también representan un riesgo para la salud pública.
El comité también abre la puerta a la participación de plantas de beneficio animal, comercializadores y expendedores, quienes serán llamados a sumarse a estas acciones cuando sea necesario. Su inclusión garantiza una visión más completa de la cadena y permite generar compromisos compartidos en torno a la mejora continua del sector.
Una de las prioridades identificadas fue el fortalecimiento del trabajo en red entre instituciones, lo que facilitará una respuesta más eficaz ante situaciones de riesgo sanitario, al tiempo que promueve buenas prácticas en la producción, procesamiento y distribución de carne. Este enfoque colaborativo es esencial para enfrentar los desafíos del mercado cárnico nacional, que demanda productos cada vez más seguros, sostenibles y de calidad.
A nivel nacional, este tipo de iniciativas representan un modelo replicable para otros departamentos que buscan modernizar sus cadenas cárnicas. La trazabilidad —el seguimiento detallado de los animales desde su origen hasta el punto de venta— se consolida como una herramienta fundamental para garantizar la transparencia, proteger la salud de los consumidores y elevar la competitividad del sector frente a mercados internacionales.
La apuesta por mejorar los controles sanitarios también se alinea con los esfuerzos del país por cumplir con normativas internacionales de inocuidad alimentaria, requisito indispensable para ampliar oportunidades de exportación y fortalecer la confianza del consumidor interno. Asimismo, se destaca la importancia de combatir el contrabando de carne y otras prácticas ilícitas que ponen en riesgo tanto la salud como la sostenibilidad de los pequeños y medianos productores formales.
Con este tipo de espacios de coordinación y vigilancia, Colombia da un paso firme hacia un sistema cárnico más seguro, regulado y eficiente, en el que la legalidad, la inocuidad y la calidad se convierten en los pilares de una industria que alimenta a millones de familias en todo el país.