Bolivia da un paso firme hacia la consolidación de una economía productiva sostenible con base en la innovación tecnológica y el fortalecimiento de su industria alimentaria.
Seis empresas estatales dependientes del Servicio de Desarrollo de las Empresas Públicas Productivas (SEDEM) proyectan generar ingresos por más de Bs 1.178 millones este año, lo que representa un incremento de Bs 643 millones respecto a 2024.
Las compañías líderes en esta transformación son Cartonbol, Envibol, Ecebol, la Empresa Estratégica de Producción de Semillas (EEPS) y la Empresa Estratégica de Producción de Abonos y Fertilizantes (EEPAF). Varias de ellas juegan un papel clave en el ecosistema agroalimentario, destacándose por su aporte a la inocuidad, la soberanía alimentaria y la aplicación de biotecnología para el desarrollo sostenible.
Bioinsumos y seguridad alimentaria: el aporte de EEPAF
Entre las más innovadoras se encuentra EEPAF, que centra su estrategia 2025 en la expansión de plantas de producción de bioinsumos y agroinsumos en departamentos clave como La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Beni, Potosí y Tarija. Estas nuevas instalaciones emplean tecnologías limpias y procesos biotecnológicos para ofrecer fertilizantes orgánicos, bioplaguicidas y mejoradores de suelo que fortalecen la salud de los cultivos sin afectar negativamente al medio ambiente.
El enfoque de EEPAF no solo impulsa una agricultura más saludable, sino que contribuye directamente a la inocuidad de los alimentos que llegan a la mesa de los bolivianos. Mediante la atención directa a asociaciones de productores agrícolas, la empresa estatal fomenta prácticas agrícolas sostenibles y refuerza la seguridad alimentaria con soberanía, en línea con las políticas de sustitución de importaciones.
EEPS: semillas estratégicas para una agricultura resiliente
Por su parte, la EEPS desempeña un rol crucial en el aseguramiento de la base genética y la calidad de la producción agrícola del país. Mediante técnicas de mejoramiento genético y control de calidad, esta empresa promueve el uso de semillas certificadas adaptadas a las condiciones agroecológicas locales, lo que garantiza mayores rendimientos, resistencia a plagas y enfermedades, y una producción más limpia.
La semilla, como insumo estratégico, es el primer eslabón de la cadena alimentaria. Por eso, la labor de EEPS es fundamental para garantizar que la inocuidad de los alimentos comience desde el campo, fortaleciendo la resiliencia de la agricultura boliviana ante el cambio climático y la volatilidad del mercado internacional.
Envibol: envases de vidrio para alimentos más seguros y sostenibles
Otra empresa estatal que impacta de forma directa a la industria alimentaria es Envibol. Este año, con la ampliación de su planta en Zudáñez, la compañía triplicará su capacidad de producción de envases de vidrio, respondiendo a la creciente demanda de industrias de alimentos y bebidas que buscan opciones ecológicas, locales y seguras.
El vidrio no solo es reciclable indefinidamente, sino que es uno de los materiales más inocuos para el envasado de alimentos, al no liberar contaminantes ni alterar las propiedades organolépticas del contenido. Envibol fortalece así una cadena de valor que prioriza la calidad y la seguridad del consumidor final.
Papelbol y Cartonbol: embalaje ecológico y economía circular
Cartonbol y Papelbol continúan diversificando su oferta de productos sustentables para el embalaje y transporte de productos alimenticios. Ambas empresas impulsan campañas de reciclaje y apuestan por empaques certificados, biodegradables y resistentes, que cumplen con los estándares de inocuidad necesarios para la industria de alimentos.
Papelbol también avanza en la producción de bolsas de papel para sustituir plásticos de un solo uso, mientras Cartonbol promueve soluciones en cartón corrugado para el comercio de frutas, hortalizas y productos procesados.
Hacia una Bolivia con industria alimentaria soberana y segura
El desempeño de estas seis empresas estatales refleja un nuevo modelo productivo boliviano que apuesta por la tecnología, la innovación y la sostenibilidad. En un contexto regional donde la soberanía alimentaria y la seguridad del consumidor son cada vez más prioritarias, Bolivia emerge como un país que invierte estratégicamente en biotecnología, inocuidad y valor agregado nacional.
Con estos avances, el país no solo fortalece su economía interna, sino que abre la puerta a exportaciones de alimentos con estándares internacionales de calidad, impulsando su integración competitiva en el mercado global.