Kaeriyama es mucho más que una marca de té, representa un legado familiar de casi cien años, que combina la tradición japonesa con el potencial productivo de Argentina. Liderada por la cuarta generación de la familia Kaeriyama, ha logrado transformar el modelo tradicional de producción de té en Misiones.
En una propuesta moderna, innovadora y con fuerte valor agregado, posiciona al té argentino como un producto de excelencia en mercados internacionales.
Desde sus orígenes, la familia Kaeriyama cultivó y procesó té en forma artesanal, vendiéndolo a granel como materia prima para otras industrias. Pero en 2011, decidieron dar un giro estratégico al crear su propia marca, Kaeriyama, con el objetivo de ofrecer un producto final de consumo directo. Este cambio marcó el inicio de una nueva etapa: apostar por el té como especialidad, con identidad propia, historia y calidad superior.
Actualmente, Kaeriyama opera dos líneas de producción, por un lado, el té industrial en hebras, accesible y disponible en supermercados y dietéticas; y por otro, su té de especialidad, cuidadosamente cosechado a mano y presentado en hojas enteras, dirigido a casas de té, hoteles y consumidores exigentes tanto en Argentina como en el exterior.
Argentina cuenta con más de 39.000 hectáreas de cultivos de té, concentradas principalmente en Misiones, provincia que ofrece un suelo fértil y un clima ideal para esta producción. Dentro de este ecosistema, Kaeriyama se destaca por trabajar bajo prácticas sostenibles y priorizar la calidad por sobre la cantidad, lo que ha permitido diferenciar su producto en mercados altamente competitivos como el europeo.
Uno de los grandes factores que impulsaron este posicionamiento fue la colaboración técnica con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Gracias a análisis fisicoquímicos rigurosos, se comprobó que el té verde de Kaeriyama tiene altos niveles de polifenoles, compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes naturales, altamente valorados por los consumidores de té gourmet. Estos estudios permitieron a la empresa actualizar su ficha técnica y cumplir con los estándares regulatorios internacionales, fundamentales para acceder a nuevos mercados.
El trabajo conjunto con el INTI no solo elevó la calidad percibida del producto, sino que también fortaleció la imagen del té argentino como una bebida saludable, natural y de origen controlado. Este es un aporte relevante a la industria alimentaria argentina, que busca posicionar sus productos con identidad regional y respaldo científico en el escenario global.
La calidad alcanzada fue reconocida internacionalmente: en 2022 y 2023, el té verde de Kaeriyama fue premiado por la prestigiosa escuela de té china Pei Chen Tea Palace, un reconocimiento que consolidó su lugar entre los mejores del mundo.
La empresa actualmente exporta a Brasil y busca consolidar su presencia en Europa y América del Norte, llevando consigo no solo un producto de excelencia, sino también una historia de superación, innovación y respeto por la tradición. Para Taro Kaeriyama, actual líder de la compañía, “el té artesanal es un camino de aprendizaje constante. Cada año mejoramos la calidad, y eso se refleja en la experiencia de quienes lo consumen”.
Kaeriyama, que en japonés significa “regresar a la montaña”, simboliza su filosofía de volver a los orígenes, a la cosecha manual y al respeto por la naturaleza. Este enfoque ha convertido a la marca en un ejemplo de cómo una empresa familiar puede evolucionar y contribuir significativamente a la industria alimentaria no solo en Argentina, sino en toda Latinoamérica.
Con pasión, visión y respaldo científico, Kaeriyama sigue conquistando paladares y mercados, consolidando el lugar del té argentino en el mundo.