La industria exportadora de carne de res de Brasil enfrenta un momento crítico ante los aranceles adicionales impuestos por Estados Unidos, y espera una pronta resolución que permita recuperar el flujo comercial hacia uno de sus mercados más estratégicos.
Así lo afirmó Roberto Perosa, presidente de la Asociación Brasileña de Industrias Exportadoras de Carne (Abiec), en una entrevista concedida a CNN Brasil, donde indicó que las negociaciones podrían resolverse en un plazo de 30 a 60 días.
Los aranceles adicionales aplicados desde agosto han elevado el gravamen total sobre la carne bovina brasileña al 76,4 %, de los cuales un 50 % corresponde a un recargo adicional, sumado al arancel previo del 26,4 %. Esta medida provocó una caída inmediata en las exportaciones brasileñas a Estados Unidos, que constituye el segundo mercado más grande para la carne de res de Brasil, detrás de China. Según datos de Abiec, en 2024 las ventas de carne bovina brasileña a EE. UU. representaron aproximadamente US$ 1.200 millones, destacando la relevancia económica del país norteamericano para la industria cárnica brasileña.
Perosa se mostró optimista sobre el resultado de las negociaciones bilaterales tras el encuentro entre los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Donald Trump, que tuvo lugar en Malasia a finales del mes pasado durante eventos multilaterales. “Creo que pronto tendremos buenas noticias, con posibles eliminaciones de los aranceles adicionales, para que se reanude el flujo normal de carne de res hacia Estados Unidos”, declaró.
El impacto económico de estos aranceles no se limita únicamente a las grandes exportadoras: la industria cárnica brasileña emplea directamente a más de 1,5 millones de personas y genera un efecto multiplicador significativo en sectores como ganadería, transporte, logística, insumos veterinarios y procesamiento industrial. La interrupción del comercio con EE. UU. amenaza la estabilidad de precios en el mercado interno y la competitividad de los exportadores frente a otros países proveedores, como Australia, Nueva Zelanda y México.
Además de la carne de res, Brasil busca renegociar los aranceles sobre otros productos estratégicos, como el café, donde Estados Unidos se mantiene como el principal importador mundial. El país norteamericano consume más de 20 millones de sacos de café al año, de los cuales aproximadamente 45 % proviene de Brasil, lo que lo convierte en un mercado crucial para garantizar ingresos sostenibles y estabilidad en los precios internacionales del grano.
Desde un enfoque científico y de calidad, la carne de res brasileña destaca por cumplir con estrictos estándares de inocuidad alimentaria, sistemas de trazabilidad y programas de certificación como HACCP y ISO 22000, que aseguran seguridad y calidad para el consumidor estadounidense. Mantener acceso a este mercado no solo es un tema económico, sino también un reconocimiento internacional de la calidad sanitaria y la eficiencia productiva del sector cárnico brasileño.
Perosa enfatizó que la resolución de los aranceles adicionales será determinante para recuperar competitividad y volumen de exportación, evitando la pérdida de participación frente a proveedores globales. Asimismo, permitirá reforzar la posición de Brasil como principal productor y exportador mundial de carne de res, consolidando la industria y generando beneficios tanto para el comercio internacional como para el desarrollo económico interno.
En conclusión, el sector cárnico brasileño enfrenta un desafío clave: negociar la eliminación de aranceles adicionales con Estados Unidos para reactivar el comercio, mantener empleos y consolidar la competitividad de sus productos en un mercado que valora la calidad, la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de la producción. Los próximos 60 días serán decisivos para definir la trayectoria de las exportaciones brasileñas de carne de res y su proyección internacional.



