La industria alimentaria en América Latina atraviesa una transformación sin precedentes.
Impulsados por consumidores cada vez más informados, exigentes y conscientes de su bienestar, los hábitos de compra están migrando hacia productos más saludables, naturales y menos procesados. Así lo revela el informe más reciente de Boston Consulting Group (BCG), titulado “CPG Companies Need a New Recipe as Consumers Seek Healthier Choices”, que analiza esta tendencia a nivel global y regional.
El estudio señala que el mercado de productos de consumo masivo (CPG, por sus siglas en inglés) en América Latina está enfrentando un cambio estructural. Las ventas, que crecían a ritmos sólidos en décadas anteriores, cayeron a un modesto 2,1% en 2024, por debajo de la inflación. En paralelo, las grandes marcas están perdiendo participación frente a marcas emergentes, privadas y startups que ofrecen alternativas más saludables.
Entre los países de la región, Chile se destaca como el líder en este proceso de transformación. El país andino ha logrado avanzar significativamente en la generación de conciencia entre sus consumidores, gracias a un entorno normativo robusto y a campañas sostenidas de educación alimentaria. Desde la implementación en 2016 de la Ley de Etiquetado de Alimentos, que obliga a advertir claramente el contenido de azúcares, sodio, grasas saturadas y calorías en los envases, los chilenos han adoptado una postura más crítica y selectiva frente a los alimentos ultraprocesados.
Según BCG, este tipo de regulaciones ha tenido un impacto tangible: en Chile, más del 70% de los consumidores afirman leer regularmente las etiquetas antes de comprar productos, y un 62% prioriza activamente opciones más saludables. Esto contrasta con promedios regionales inferiores, lo que posiciona al país como referencia para otras naciones latinoamericanas.
El informe también destaca que factores como la proliferación de medicamentos para el control de peso y la diabetes —como los GLP-1— están influyendo en la demanda de alimentos más funcionales. Además, la pandemia de COVID-19 dejó una huella duradera en la percepción de la salud, impulsando aún más la preferencia por productos que fortalezcan el sistema inmunológico y el bienestar general.
Recomendaciones para la industria
- Ante este panorama, BCG propone una hoja de ruta concreta para que las compañías no solo se adapten al cambio, sino que puedan liderarlo:
- Redefinir el posicionamiento corporativo: Las empresas deben construir su narrativa de marca en torno a la salud y la sostenibilidad, con mensajes coherentes y transparentes.
- Reformular productos estratégicamente: Es clave equilibrar sabor, costo y perfil nutricional. Reducir azúcares añadidos, mejorar la calidad de las grasas y enriquecer los alimentos con nutrientes funcionales son pasos esenciales.
- Innovar para satisfacer nuevas demandas: El mercado muestra un creciente interés en categorías como bebidas prebióticas, snacks funcionales y productos naturales con beneficios adicionales.
“Estamos observando una transformación profunda. Los consumidores latinoamericanos están cuestionando lo que consumen, demandan transparencia y eligen activamente productos que aporten a su bienestar. Las compañías que entiendan este cambio y actúen con agilidad, podrán capturar oportunidades de crecimiento sostenible”, subraya Andrés Giraldo, managing director & partner de BCG y líder de la práctica de consumo masivo y retail en América Latina.
Si bien el camino hacia una dieta más saludable en la región es aún desigual, ejemplos como el de Chile demuestran que el cambio es posible. La industria alimentaria tiene hoy la oportunidad —y la responsabilidad— de liderar una transformación que impacte positivamente en la salud de millones de personas en América Latina.