Las mangueras utilizadas en los procesos de producción deben cumplir estrictos estándares de calidad y seguridad establecidos por normas internacionales como las de la FDA y el reglamento CE 1935/2004. Estas regulaciones aseguran que los materiales en contacto con los alimentos no representen ningún riesgo de contaminación, protegiendo la salud del consumidor y la integridad del producto.
Las soluciones certificadas en mangueras alimentarias no solo ofrecen resistencia y durabilidad, sino que también son esenciales para mantener condiciones higiénicas óptimas durante todo el proceso. Modelos fabricados con caucho no tóxico y refuerzos sintéticos se destacan por su flexibilidad, resistencia a la abrasión y facilidad de limpieza, aspectos fundamentales para preservar la calidad microbiológica de los alimentos en aplicaciones como productos lácteos, jugos, aceites vegetales o cervezas.
El incumplimiento de estos requisitos representa un riesgo significativo para la salud pública. Así lo advierte la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) en Brasil, al señalar que el uso de componentes no certificados puede comprometer todo el sistema de producción alimentaria. De allí la importancia de adoptar soluciones que garanticen no solo eficiencia operativa, sino también total inocuidad del producto final.
Según Daniel Rodrigues Inocencio, gerente comercial de Maxxflex, existe una tendencia creciente entre fabricantes y usuarios industriales a sustituir equipos tradicionales por opciones certificadas que prioricen la higiene y la sostenibilidad. En este contexto, el desarrollo de tecnologías como la construcción multicapa —que incluye refuerzo textil y cubierta externa resistente al ozono, la humedad y las variaciones de temperatura— permite que las mangueras funcionen adecuadamente incluso en condiciones extremas. Esto asegura que los alimentos transportados mantengan su integridad física y microbiológica.
El cumplimiento de normas técnicas específicas se ha convertido en un diferenciador estratégico, no solo para garantizar el cumplimiento normativo, sino también para posicionarse en mercados internacionales. Inocencio señala que esta evolución tecnológica en mangueras alimentarias reduce riesgos operativos, alarga la vida útil de los equipos y refuerza la confianza en el proceso de producción.
Carlos Silva, ingeniero de procesos con amplia experiencia en el sector, destaca que “es fundamental que las industrias verifiquen si las mangueras cumplen con las normas técnicas aplicables, especialmente cuando el producto final se consumirá directamente”. Asegura que esta verificación evita riesgos para la salud, garantiza la inocuidad de los alimentos y mejora la fiabilidad de todo el proceso.
En este marco, iniciativas como el sello de sostenibilidad del caucho brasileño, aprobado en 2018, han sido claves para promover la competitividad nacional con productos más seguros y responsables. Este sello avala la calidad del látex brasileño frente al mercado asiático, incentivando el uso de materias primas locales con menor impacto ambiental y mayor control sanitario.
Con la intensificación de las exigencias sanitarias globales y la ampliación de los estándares internacionales —incluidos los impuestos por la Unión Europea para exportaciones—, el uso de mangueras certificadas se ha vuelto indispensable. No sólo facilitan el cumplimiento regulatorio, sino que también actúan como un componente estratégico dentro de las cadenas globales de suministro.
La industria alimentaria brasileña, que representa el 10,8% del Producto Interno Bruto (PIB), según la Asociación Brasileña de la Industria Alimentaria (Abia), depende cada vez más de soluciones industriales que sean seguras, duraderas y personalizadas. En este contexto, las mangueras alimentarias no tóxicas se consolidan como elementos esenciales para preservar la inocuidad, aumentar la productividad y cumplir con los requisitos regulatorios más exigentes, concluye el gerente de Maxxflex.