FoodNewsLatam - OMS propone aumentar impuestos al azúcar y al alcohol mientras la biotecnología redefine su uso en la industria alimentaria

OMS propone aumentar impuestos al azúcar y al alcohol mientras la biotecnología redefine su uso en la industria alimentaria

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En un intento por enfrentar de forma más eficaz las enfermedades crónicas no transmisibles, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una propuesta global que pone el foco sobre dos de los ingredientes más controvertidos de la alimentación moderna: el azúcar y el alcohol.

La iniciativa, conocida como “3 para el 35”, busca que los países eleven en un 50 % los precios de estos productos, a través de impuestos, de aquí al año 2035. La meta: reducir su consumo, generar recursos fiscales sostenibles y fortalecer los sistemas sanitarios, sobre todo en países de renta baja y media.

Aunque se trata de una medida económica, el trasfondo es profundamente sanitario. El consumo excesivo de azúcar y alcohol está relacionado con enfermedades como la diabetes tipo 2, obesidad, enfermedades hepáticas, cardiovasculares y diversos tipos de cáncer. Según datos de la OMS, los impuestos a productos nocivos son una de las herramientas más efectivas para modificar patrones de consumo y generar ingresos que pueden ser reinvertidos en atención médica, educación y políticas sociales.

¿Qué papel juega la biotecnología en este escenario?
En paralelo a esta iniciativa fiscal, la biotecnología alimentaria está emergiendo como una aliada estratégica en la transformación del uso del azúcar y el alcohol, no solo desde el enfoque nutricional, sino también desde el tecnológico e industrial. En lugar de eliminar por completo estos ingredientes, la ciencia trabaja para modificarlos, sustituirlos o hacerlos más seguros mediante avances en fermentación, ingeniería genética y microbiología aplicada.

En el caso del azúcar, muchas empresas ya están utilizando microorganismos genéticamente modificados para producir edulcorantes naturales sin calorías, como la rebaudiosida M o la allulosa, que replican el sabor dulce del azúcar sin los efectos metabólicos negativos. Estas alternativas se producen en biorreactores, a partir de la fermentación de levaduras o bacterias, y permiten a los fabricantes reducir las calorías sin comprometer el sabor. Además, la biotecnología permite la creación de azúcares estructurales resistentes a la digestión, que no elevan el índice glucémico.

En cuanto al alcohol, los desarrollos biotecnológicos están permitiendo crear bebidas fermentadas con menor grado alcohólico, o incluso sin alcohol, manteniendo el sabor y la textura gracias al uso de cepas especializadas de levaduras. También se investiga la producción de etanol sintético de bajo impacto metabólico, diseñado para minimizar los efectos adversos del consumo.

Estas innovaciones tienen como fin adaptar los productos al nuevo perfil de consumidor, más consciente de su salud y del impacto ambiental. Las empresas de alimentos y bebidas están invirtiendo en estas tecnologías para anticiparse a los cambios regulatorios y responder a una demanda global más saludable y sostenible.

Hacia un consumo responsable e informado
Si bien el alza de precios mediante impuestos puede resultar impopular entre quienes consumen regularmente bebidas alcohólicas o productos azucarados, los datos muestran que este tipo de medidas puede tener un impacto significativo en la reducción de enfermedades crónicas. Además, con el impulso de la biotecnología, la industria tiene la posibilidad de ofrecer alternativas innovadoras, saludables y competitivas, disminuyendo su dependencia de ingredientes tradicionales que afectan negativamente la salud pública.

En un futuro cercano, la estrategia de salud global no solo pasará por lo fiscal, sino también por el rediseño inteligente de los alimentos, donde el azúcar y el alcohol no necesariamente serán eliminados, sino reformulados mediante ciencia y tecnología para convivir con estilos de vida más saludables.

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