Barritas, galletas, yogures, merengues, crocantes de cacahuete... La proteína de suero se ha vuelto omnipresente en los estantes de supermercados y tiendas en línea. Este ingrediente, derivado del suero de leche, ha ganado protagonismo en la dieta de quienes buscan mejorar su salud, aumentar masa muscular o simplemente seguir las últimas tendencias en nutrición.
Pero, ¿realmente es esencial para todos?
La creciente popularidad de estos productos no es casualidad. De acuerdo con el último boletín económico de la Asociación Brasileña de la Industria de Alimentos para Fines Especiales y Productos Afines (ABIAD), entre enero y septiembre de 2024, el consumo de suplementos alimenticios y vitamínicos en Brasil aumentó un 5,8 % respecto al mismo período del año anterior. Más aún, entre 2021 y 2023, la demanda específica de proteína de suero y otros concentrados proteicos creció un 25 % en el país.
Entre el fitness y la longevidad
Este aumento también se refleja en el ámbito clínico. La nutricionista y médica Fernanda Moreira (@drafernandamoreira) confirma que la preocupación por la ingesta proteica es cada vez más común entre sus pacientes. “En consulta, veo un interés creciente por aumentar la masa muscular, mejorar la recuperación post-entrenamiento y promover la saciedad en dietas de control calórico. Todo esto vinculado a metas de bienestar físico y longevidad”, explica.
No obstante, Moreira advierte que, en muchos casos, esta preocupación se ve amplificada por el marketing de suplementos y la influencia de las redes sociales, que asocian el consumo de proteína con resultados inmediatos y transformaciones impactantes. “Muchos pacientes llegan convencidos de que necesitan consumir cantidades desmesuradas de proteína para ver resultados, lo cual no siempre es cierto ni saludable”, señala.
¿Suplemento o alimento?
La nutricionista Natália Diniz (@nutri_nataliadiniz) coincide en que el furor por la proteína, especialmente de origen animal, ha tomado un lugar central en las consultas. “Los pacientes preguntan directamente si necesitan tomar proteína de suero, como si fuera imprescindible. Pero olvidan lo fundamental: una alimentación equilibrada sigue siendo la base de un cuerpo sano”, comenta.
Diniz subraya que, si bien los suplementos pueden ser útiles en determinados contextos —como en dietas muy restrictivas, en deportistas de alto rendimiento o personas con dificultades para alcanzar los requerimientos proteicos diarios—, no deben sustituir la nutrición natural ni convertirse en una obsesión.
Entonces, ¿es necesaria?
La proteína de suero es un recurso eficaz y de alta biodisponibilidad, pero no es indispensable para todos. Quienes llevan una alimentación equilibrada y variada suelen cubrir sus necesidades de proteína sin necesidad de recurrir a suplementos. La clave está en la personalización: evaluar las necesidades individuales, el estilo de vida, el nivel de actividad física y, sobre todo, consultar con profesionales de la salud antes de incorporar productos proteicos de forma habitual.
En definitiva, el auge del consumo de proteína de suero responde tanto a una tendencia alimentaria global como a ciertas necesidades reales, pero también puede caer en la exageración si no se maneja con criterio. Como en todo lo que involucra la salud, el equilibrio y la información bien fundamentada son esenciales.