En el ranking que realiza PwC Chile y Diario Financiero, y dentro de todas las industrias, de todas las empresas que operan en el país, Viña Concha y Toro fue reconocida en el tercer lugar, destacando principalmente por su imagen corporativa y calidad de producto y subiendo tres posiciones respecto del año anterior. Como una manera de contribuir al desarrollo empresarial del país y reconocer públicamente a las empresas que implementan buenas prácticas y hacen bien las cosas.

Los envases plásticos han provocado una crisis medioambiental de grandes proporciones en el mundo. Al respecto, la académica del Centro de Estudios en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (Cecta), la Dra. Alejandra Torres, desarrolla nuevos envases con un menor impacto en el ecosistema, a través del proyecto Fondecyt. Busca indagar en nuevos elementos para producir envases con menor impacto medioambiental, mejorando sus propiedades a través de un novedoso proceso de incorporación de sustancias para revertir el daño microbiológico.

En su constante búsqueda por identificar terroirs que expresen fielmente el carácter de las distintas variedades, Viña Concha y Toro lanza tres nuevos vinos de la reconocida marca Gravas: Gravas Blancas 2014, Gravas Blancas Fumé 2014 y Gravas Rojas 2013. Gravas Blancas 2014, un Sauvignon Blanc que expresa toda la tipicidad y elegancia de la variedad, proviene de Mulchén, en el Valle del Bío Bío.

Marco Antonio Moncada Carcuro y Miguel Carcuro Moncada son hermanos e Ingenieros Agrónomos y juntos crearon la premiada Cerveza Atrapaniebla. Food News Latam tuvo la posibilidad de preguntar sobre este producto, y esto es lo que dijeron:

Esta novedosa cerveza está elaborada con agua de niebla. La Cervecería Atrapaniebla cuenta con dos instalaciones, una de ellas ubicada en la Comunidad Agrícola de Peña Blanca (Chile), en donde, se produce solo la cerveza Atrapaniebla. La segunda cervecería se encuentra en La Serena, en el kilómetro 7,3 camino al Valle de Elqui, donde se elabora la cerveza Atrapaniebla y Camanchaca.

En 1883, el Dr. E.C.C. Standford, científico escocés, fue el primero en aislar y en poner nombre al ácido algínico. Desde entonces, el ácido algínico y sus derivados se han utilizado, en forma de hidrocoloide, para diversas aplicaciones tales como la fabricación de aditivos alimentarios, productos farmacéuticos, cosméticos y textiles.