Para la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) fue el país de Sudamérica donde menos impactó la pandemia.
El debate entre las autoridades del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y las organizaciones que reúnen diversas iniciativas de ollas populares dejó instaladas dos visiones sobre cuál es la situación actual en torno a garantizar la alimentación.
Mientras desde Uruguay Adelante -ONG que asiste a las ollas populares bajo la gestión del Mides- se indica que la cantidad de personas que se alimentan en esta situación pasó de 100.000 a 60.000, desde las organizaciones sociales solicitan más apoyo estatal porque entienden que la situación no logra ser cubierta.
Para la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en tanto, Uruguay es uno de los países con menor cantidad de personas en situación de inseguridad alimentaria.
En el período 2019-2021 en Uruguay hubo un 23% de la población que estuvo en situación de inseguridad alimentaria -tanto moderada como grave- durante los años que implicó la pandemia por covid-19. Este registro es el segundo mejor de Sudamérica, luego del que alcanzó Chile con un 17,4%.
Así surge del último informe que divulgó el organismo internacional semanas atrás titulado: “El Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”.
El promedio en la región fue de 36,6% para toda Sudamérica. El país con el mayor porcentaje de personas en situación de inseguridad alimentaria fue Perú con 50,5%. Luego se ubicaron Argentina con 37%, Ecuador con 36,8% y Suriname con 35,9%. Brasil tuvo un registro de 28,9% y Paraguay 25,3%. En los países Bolivia, Colombia y Venezuela no existen registros.
Para la FAO la inseguridad alimentaria moderada se da cuando una persona tiene incertidumbre sobre su capacidad para obtener alimentos y debió reducir la calidad o la cantidad de alimentos. En el caso de la inseguridad alimentaria calificada como grave la persona en algún momento del año se quedó sin alimentos y en la situación más extrema pasó uno o más días sin comer.
Si se toma en consideración cuál fue el crecimiento vinculado al período anterior Uruguay es el país que tuvo el menor impacto.
Entre 2014 y 2016 el porcentaje de población en situación de inseguridad alimentaria moderada y grave fue de 21,6%, por lo que en comparación con el último relevamiento hubo un crecimiento en 1,4 puntos porcentuales.
En los demás países de la región el impacto que tuvo la pandemia generó un crecimiento mayor. Incluso en Chile, que entre 2014 y 2016 alcanzó un registro del 10,8%. El mayor aumento se dio en Argentina ya que en la última medición alcanzó el 37% mientras que en la anterior fue 19,2%.
En otro países, sin embargo, el crecimiento fue superior a los 10 puntos porcentuales. Por ejemplo, Perú trepó de 37,2% al 50,5%, Paraguay del 8,3% al 25,3%, Ecuador del 20,7% al 36,8% y Brasil del 18,3% al 28,9%. El promedio de Sudamérica fue de un crecimiento de 13 puntos porcentuales ambas mediciones.
Latinoamérica:
A nivel de Latinoamérica el promedio de la población en situación de inseguridad alimentaria moderada y grave fue 37,3%.
Costa Rica con 15,9%, Bahamas con 17,2% y Granada con 22,3% son los tres países que tuvieron un mejor registro que Uruguay, además de Chile. En los restantes 13 países que fueron relevados de América Central y el Caribe los valores fueron más elevados, siendo Haití 82,5% seguido por Guatemala con 55,6% y Jamaica con 50,3%.
El director del Instituto Nacional de Alimentación (INDA), Ignacio Elgue, dijo a El País que esta situación “es de extrema sensibilidad porque son compatriotas que no llegan a un nivel mínimo de alimentación”.
En este sentido, agregó que es una situación “compleja”, que “viene de larga data” y que “no es un problema nuevo”.
Desde que FAO comenzó este tipo de mediciones en 2014 en Uruguay el porcentaje osciló entre 20% y 25%.
Por ello el jerarca aseguró que reducir la cantidad de personas que viven en situación de inseguridad alimentaria “no es algo que se soluciona abriendo más comedores porque la realidad de estas personas está atravesada por fenómenos multicausales”.
Elgue remarcó que la cifra “es alta, considerando que se trata de un país productor de alimentos”. “El problema se centra en el acceso económico a los alimentos”, agregó.
Entre 2019 y 2021 el porcentaje de uruguayos que estuvo en situación de inseguridad alimentaria calificada como grave fue 7,3%. El pico más alto se observó para el período de 2017 y 2018 cuando llegó al 7,6%.
En este sentido, el director del INDA remarcó que el impacto de la pandemia si bien fue “enorme en la situación económica de cientos de uruguayos, debido a múltiples medidas implementadas por el Estado se logró contener el problema”.
La visión de Elgue va en línea con lo que ha planteado en diversas oportunidades el ministro de Desarrollo Social, Martín Lema. El titular de la cartera ha insistido en la necesidad de que esta problemática deba ser abordada de forma integral y no únicamente apuntando a la cantidad de platos de comida.
El gobierno proyectó una propuesta para mejorar la seguridad alimentaria con el horizonte puesto en 2023 como plazo para una primera etapa. En ella se prioriza la asistencia a grupos de alta vulnerabilidad.
Luego, está previsto para una segunda etapa brindar capacidades en el uso y consumo de alimentos sanos, que implica dar formación en habilidades de cocina casera a bajo costo.
Mides implementará forma de medir que aplica FAO en el país
El director del Instituto Nacional de Alimentación (INDA), Ignacio Elgue, señaló a El País que a partir de este año Uruguay comenzará a aplicar la misma forma de medición que lleva adelante FAO.
Esto implicará, según relató Elgue, un cambio importante en el nivel de información con que contará el organismo ya que permitirá saber cuál es la situación por localidades y con un mayor grado de detalle.
El jerarca explicó que la información que brinda FAO es el dato global de todo el país y que no hay una discriminación por zonas.
El poder contar con un relevamiento local, pero que aplique los mismos estándares metodológicos, será un insumo fundamental, según dijo el director del INDA, para definir nuevas políticas públicas.
La metodología que aplica la FAO es una encuesta denominada Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria (FIES, por sus siglas en inglés) que consiste en ocho preguntas.