Cuando Renan Urdinez y su esposa adquirieron un pequeño laboratorio de análisis clínicos en General Roca, provincia de Río Negro, no imaginaban que tres décadas después estarían liderando uno de los centros privados más reconocidos en análisis bromatológicos y ambientales del país.
Praxis se ha convertido en un referente fundamental para la industria alimenticia y el control ambiental de Argentina, con un fuerte compromiso hacia el crecimiento sostenible.
"Empezamos con lo básico, pero tras la crisis del 2001 percibimos la necesidad de controles más estrictos en ferias y comercios", recuerda Urdinez en una entrevista con RÍO NEGRO. Esta necesidad impulsó la reconversión de Praxis: de análisis clínicos a bromatológicos, y de ahí hacia una expansión que no se ha detenido.
Actualmente, Praxis se especializa en el análisis de aguas potables, efluentes industriales y calidad de alimentos. Colabora estrechamente con empresas alimenticias, plantas potabilizadoras, establecimientos frutícolas y organismos estatales. "Evaluamos la higiene, realizamos hisopados a manipuladores y tomamos muestras in situ para garantizar que los alimentos cumplan con las condiciones microbiológicas requeridas", explica el bioquímico Urdinez.
La creciente demanda de servicios de control de calidad impulsó al laboratorio a invertir fuertemente en tecnología avanzada, ampliar su plantilla técnica y modernizar sus instalaciones. "En los últimos tres años, gracias en parte al crecimiento de Vaca Muerta, nuestro laboratorio experimentó un desarrollo explosivo", comenta Urdinez.
Uno de los avances más significativos fue la adquisición de un cromatógrafo gaseoso con espectrómetro de masas, un equipo de última generación que permite detectar hidrocarburos y residuos de plaguicidas en concentraciones extremadamente bajas, tanto en suelos como en aguas subteráneas. "Este nuevo equipamiento nos permite detectar contaminantes invisibles con rapidez y precisión. Son pocos los laboratorios en la región que cuentan con esta capacidad", destaca el bioquímico.
Gracias a esta incorporación tecnológica, Praxis puede dar respuestas ágiles a las demandas ambientales de sectores como el petrolero y el frutícola, dos pilares clave de la economía regional. "La rapidez en los resultados es fundamental, especialmente para industrias que dependen del cumplimiento de normas ambientales estrictas", señala Urdinez.
El laboratorio está habilitado por los ministerios de Salud de Río Negro y Neuquén, y presta servicios también en el sur de Mendoza y La Pampa. Cuenta con la certificación ISO 9001:2015 y participa en programas de control de calidad interlaboratorio, garantizando la confiabilidad y precisión de sus resultados.
La labor de Praxis es un aporte esencial al fortalecimiento de la industria alimenticia de Argentina, asegurando que los productos que llegan a las mesas nacionales e internacionales cumplan con los más altos estándares de calidad. Además, su trabajo en el análisis ambiental contribuye a proteger los recursos hídricos y los suelos, aspectos cruciales para un desarrollo sustentable en una región donde la actividad petrolera y agroindustrial continúa en expansión.
A futuro, Praxis proyecta seguir creciendo, incorporando nuevas tecnologías y extendiendo su alcance a más regiones del país. "Nuestro compromiso es seguir brindando un servicio de excelencia que respalde a la industria y cuide el medio ambiente", afirma Urdinez.
Laboratorio Praxis demuestra que la ciencia, el compromiso ambiental y la inversión en tecnología pueden ser motores fundamentales para el desarrollo de una industria alimenticia más segura, competitiva y sostenible en Argentina.