China ha autorizado a 183 empresas brasileñas a exportar café a su territorio, una decisión que podría cambiar significativamente el panorama del comercio global de este producto, especialmente tras el reciente aumento arancelario impuesto por Estados Unidos.
El anuncio fue realizado por la embajada china en Brasil el pasado sábado 2 de agosto a través de sus canales oficiales, y confirma la entrada en vigor de las nuevas licencias a partir del 30 de julio.
Esta apertura por parte del gobierno chino representa una oportunidad crucial para el sector cafetalero de Brasil, que recientemente sufrió un revés en su acceso al mercado estadounidense, luego de que la administración del presidente Donald Trump implementara un arancel del 50 % sobre el café importado, como parte de una serie de medidas proteccionistas ampliadas en la última semana de julio.
El permiso otorgado por China tiene una validez de cinco años, lo que ofrece estabilidad a mediano plazo para las empresas exportadoras y previsibilidad en los flujos comerciales. Además, refuerza la posición de Brasil como uno de los principales actores en el comercio internacional de café, al diversificar sus destinos de exportación y reducir su dependencia de mercados tradicionales.
Según la embajada china, esta medida también responde a un contexto de creciente demanda interna en China por productos de mayor calidad y variedad, entre ellos el café brasileño, reconocido mundialmente por sus estándares de producción. “Este paso fortalece las relaciones bilaterales y abre nuevas oportunidades para la cooperación comercial en el sector agroalimentario”, señaló la representación diplomática en su comunicado.
Brasil, el mayor productor y exportador de café del mundo, ha estado buscando expandir su presencia en Asia, especialmente en un mercado como el chino, donde el consumo de café ha crecido de forma constante en los últimos años, aunque aún está lejos de alcanzar los niveles de América del Norte o Europa. Se estima que en la última década, el consumo per cápita en China se ha más que duplicado, impulsado por el crecimiento de las cadenas de cafeterías, la clase media urbana y los hábitos de consumo más occidentales entre los jóvenes.
Para las empresas brasileñas, esta autorización no solo implica acceso preferencial, sino también el respaldo de una relación comercial sólida con el gigante asiático. En el contexto de las tensiones comerciales con EE. UU., China ha buscado reforzar vínculos con países de América Latina, en especial aquellos que le pueden asegurar el suministro de productos agrícolas estratégicos, como la soja, la carne y ahora también el café.
Con esta nueva política de acceso, se espera que el volumen de exportación de café brasileño a China aumente significativamente en los próximos años, contribuyendo a un reequilibrio en los destinos del producto y amortiguando los efectos de las barreras impuestas por Estados Unidos.
El movimiento de China, además de tener un impacto comercial, también se interpreta como una señal diplomática hacia América Latina, y podría abrir la puerta a futuras autorizaciones para otros productos agrícolas brasileños.