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Productores agroecológicos fortalecen la industria alimentaria mexicana con comercialización directa en CDMX

México Agricultura

Un paso clave hacia una industria alimentaria más inclusiva, justa y sostenible se dio en la Ciudad de México, donde la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (AGRICULTURA) y la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (CANACO CDMX) impulsaron un encuentro de vinculación entre productoras y productores agroecológicos y representantes del sector comercial, restaurantero y hotelero.

Esta articulación directa busca reducir la intermediación, mejorar los ingresos rurales y abastecer al mercado con alimentos de alta calidad, provenientes de prácticas sostenibles.

Participaron 40 productoras y productores de 12 entidades —Oaxaca, Puebla, Veracruz, Hidalgo, Tabasco, Chiapas, Yucatán, Campeche, Michoacán, Estado de México, Jalisco y Durango—, todos integrantes de 38 Escuelas de Campo (ECA), un modelo impulsado por AGRICULTURA que combina acompañamiento técnico con prácticas agroecológicas. Su presencia en este evento permite posicionar sus productos como insumos clave para la industria alimentaria nacional.

Este modelo de comercialización directa no sólo conecta a los productores con empresarios de la CANACO CDMX y la CANIRAC, sino que también promueve el desarrollo de cadenas de suministro más resilientes y con identidad territorial. Al reducir los eslabones de intermediación, los alimentos llegan al consumidor con mayor frescura, trazabilidad y valor nutricional, contribuyendo a una gastronomía más auténtica y sustentable.

Durante la jornada se realizaron presentaciones y degustaciones de productos emblema del campo mexicano —como cacao, café, miel, maíz y mezcal—, que son altamente demandados por la industria de alimentos, restaurantes, hoteles y comercios especializados. Estos encuentros permiten reconocer que, detrás de cada insumo, hay historias de cuidado de la biodiversidad, de prácticas regenerativas y de comunidades que apuestan por el futuro del país a través de la producción agroalimentaria.

El titular de AGRICULTURA, Julio Berdegué Sacristán, destacó que esta estrategia responde a uno de los ejes rectores del Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo: garantizar la soberanía y autosuficiencia alimentaria mediante una economía de comercio justo. “Estas productoras y productores representan la base de una industria que se nutre del conocimiento tradicional y la innovación campesina”, señaló.

Actualmente, en México existen más de cuatro millones de productoras y productores de pequeña y mediana escala, muchos pertenecientes a comunidades indígenas. Son ellos quienes cultivan los ingredientes que abastecen a restaurantes, supermercados y tiendas en todo el país. Iniciativas como Cosechando Soberanía, parte del Plan México, buscan dignificar su labor y consolidar su integración en los circuitos formales de la industria alimentaria.

Por su parte, Vicente Gutiérrez Camposeco, presidente de CANACO CDMX, resaltó que la capital representa el 17 % del PIB nacional y es el corazón del consumo alimentario. Subrayó que esta articulación permite a los comerciantes contribuir al bienestar colectivo, facilitando el acceso a productos agroecológicos y fortaleciendo las economías regionales.

Héctor Arronte Calderón, director general de Agregación de Valor y Comercialización de AGRICULTURA, afirmó que el país está lleno de riquezas gastronómicas aún subutilizadas, y que este tipo de alianzas público-privadas son fundamentales para ampliar la presencia de alimentos sostenibles en la industria nacional.

Rosalina Hernández, productora de café de Chichicazapan, Puebla, expresó que estos espacios permiten no solo comercializar, sino también visibilizar el esfuerzo, la cultura y los procesos detrás de cada alimento. “Hoy no venimos solo a vender, venimos a construir relaciones justas y duraderas con quienes transforman y ofrecen nuestros productos a todo México”, concluyó.

Este ejercicio de vinculación demuestra que es posible fortalecer el sector agroalimentario integrando a quienes producen con identidad, sostenibilidad y compromiso social, contribuyendo así al desarrollo de una industria alimentaria mexicana más justa, diversa y resiliente.

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