La creciente presencia de alimentos ultraprocesados en los mercados latinoamericanos está generando serias preocupaciones en torno a la salud pública.
Durante su visita a Oaxaca, la experta británica en política alimentaria Fran Bernhardt, Coordinadora de Determinantes Comerciales en la organización benéfica Sustain, advirtió sobre la necesidad de reformar las políticas gubernamentales para priorizar la salud de las comunidades y mejorar el acceso a alimentos más saludables, en en México, Colombia y Chile.
El impacto de la industria de alimentos ultraprocesados en Latinoamérica, observa Bernhardt, quien investiga la influencia de la industria de alimentos ultraprocesados en México, Colombia y Chile, señala que la expansión de grandes corporaciones ha sido promovida sin considerar sus efectos en la salud pública, el acceso al agua y el impacto ambiental.
Países de América Latina han facilitado la inversión de estas empresas, lo que ha llevado a un aumento en el consumo de productos con altos niveles de azúcares, grasas y sodio, contribuyendo a la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.
De la experiencia del Reino Unido, que se alinea como un modelo a seguir, la especialista compartió el caso de Londres, donde en 2018 se implementó una política para reducir la publicidad de alimentos poco saludables en el sistema de transporte público.
Esta medida resultó en una disminución del 20% en la compra de productos azucarados y se estima que ayudará a prevenir miles de casos de obesidad y enfermedades relacionadas, generando un ahorro significativo en el sistema de salud.
Este tipo de estrategias podrían replicarse en América Latina para transformar el mercado de consumo y fomentar hábitos alimenticios más saludables.
La regulación de la publicidad, junto con incentivos para la producción y comercialización de alimentos nutritivos, podría equilibrar la oferta y mejorar la salud pública en la región.
Desafíos y Oportunidades para un Mercado de Alimentos Más Saludable:
Un estudio en Londres reveló que las cadenas de comida rápida suelen establecerse en zonas de bajos recursos, donde sus productos económicos y accesibles desplazan a opciones más saludables.
Bernhardt advierte que esta situación se replica en América Latina, donde la desigualdad económica expone a las comunidades más vulnerables a un entorno alimentario dominado por productos ultraprocesados.
Para revertir este problema, la experta enfatiza la importancia de incentivar la producción local de alimentos frescos y saludables, estableciendo políticas que favorezcan su accesibilidad y asequibilidad.
Esto no solo beneficiaría a los consumidores, sino que también fortalecería a los productores locales y pequeños comerciantes, impulsando una economía más equitativa y sostenible.
El Futuro de la Alimentación en América Latina presenta el reto de transformar el mercado alimentario latinoamericano, y requiere medidas contundentes y una visión a largo plazo.
Es fundamental regular la publicidad de productos ultraprocesados, fomentar la educación nutricional y garantizar que los alimentos saludables sean una opción accesible para toda la población.
Según Bernhardt, “estamos en un punto crítico en el que debemos priorizar la salud infantil y el bienestar de nuestras comunidades, la sobreoferta de alimentos poco saludables puede ser contrarrestada con políticas firmes que incentiven un cambio en el mercado”.
Latinoamérica tiene la oportunidad de replantear su modelo de consumo y liderar una transformación hacia un sistema alimentario más justo y saludable.
Con el compromiso de gobiernos, empresas y ciudadanos, es posible generar un impacto positivo en la salud pública y en el desarrollo económico de la región.