FoodNewsLatam - Solo dos de cada tres bebés en Perú reciben leche materna en sus primeros meses

Solo dos de cada tres bebés en Perú reciben leche materna en sus primeros meses

Perú Lácteos

Cada agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, una iniciativa de la OMS y UNICEF que busca sensibilizar sobre la importancia de la lactancia exclusiva en los primeros seis meses de vida. Esta práctica garantiza nutrición, inmunidad y desarrollo óptimo en los bebés, además de generar beneficios emocionales y económicos para las familias.

Sin embargo, en el Perú, la lactancia aún enfrenta barreras culturales, sociales y comerciales que limitan su alcance.

La primera vacuna natural y sus beneficios comprobados

La leche materna es considerada la “primera vacuna” del recién nacido. Según el Colegio de Nutricionistas de Lima, contiene inmunoglobulinas, vitaminas, proteínas y agua en proporciones perfectas para proteger contra infecciones respiratorias y gastrointestinales, además de favorecer el desarrollo neurológico. Estudios de la OMS confirman que los niños amamantados tienen un 13 % menos de riesgo de sobrepeso en la infancia y presentan un coeficiente intelectual ligeramente mayor en la adultez.

Desde el punto de vista económico, la lactancia también representa un ahorro significativo. El Banco Mundial estima que incrementar la lactancia exclusiva a nivel global podría generar ahorros superiores a los 300 mil millones de dólares anuales en gastos médicos y productividad. Para las familias peruanas, esto significa reducir gastos en fórmulas infantiles, consultas médicas y medicamentos.

La situación actual en el Perú

De acuerdo con la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes 2024), apenas el 67,4 % de los bebés recibe lactancia materna exclusiva en el país, una cifra que muestra un retroceso frente al 69,3 % de 2023. Las diferencias regionales son significativas: Lima Metropolitana alcanza solo un 54 %, mientras que regiones como Ica presentan niveles aún más bajos (45,8 %). Esto refleja que más del 30 % de los bebés peruanos dependen de fórmulas u otros alimentos durante una etapa en la que la leche materna debería ser su único sustento.

Barreras culturales y el peso del marketing

El pediatra Fidel Suárez señala que en los estratos socioeconómicos medios y altos existen prejuicios persistentes, como la creencia de que la lactancia deforma los pezones o que vuelve a los bebés más demandantes. Además, el marketing de fórmulas infantiles ejerce una fuerte influencia en estos grupos, generando una percepción de modernidad y estatus. En contraste, en los sectores más bajos la lactancia se mantiene como práctica habitual, principalmente por motivos económicos.

Este escenario revela un conflicto entre salud pública y estrategias comerciales. Mientras la OMS advierte que las fórmulas no deben reemplazar la lactancia exclusiva, el mercado de sustitutos lácteos continúa en expansión. Según Euromonitor, en América Latina las ventas de fórmulas infantiles superaron los 7 mil millones de dólares en 2023, con Perú como uno de los mercados en crecimiento.

Educación y acompañamiento como claves

Los especialistas coinciden en que la lactancia debe iniciarse inmediatamente después del parto, favoreciendo el contacto piel a piel. La recomendación es mantenerla de forma exclusiva durante seis meses y complementarla con alimentos adecuados hasta los dos años o más. Para lograrlo, es indispensable el acompañamiento de obstetras, pediatras y nutricionistas, que orienten a las madres y desmonten mitos culturales.

Hacia un futuro con más conciencia

Las campañas de EsSalud durante la Semana de la Lactancia Materna, como la actividad del “Niño Mamoncito”, buscan reforzar la educación y la participación activa de las familias. El reto es claro: aumentar las tasas de lactancia exclusiva requiere políticas de salud sostenidas, regulación del marketing de fórmulas y un esfuerzo constante de sensibilización.

La evidencia científica es contundente. La lactancia materna salva vidas, mejora la salud pública, fortalece el vínculo madre-hijo y reduce gastos en salud. Convertirla en una práctica universal no solo es una meta médica, sino también un imperativo social y económico para el Perú.

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