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Inocuidad alimentaria evita riesgos de productos en Colombia

Colombia Control Calidad

La seguridad de los alimentos que consumen los colombianos enfrenta un nuevo desafío con la reciente alerta emitida por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).

La entidad advirtió sobre la presencia en el mercado de un producto denominado “Té Matcha Orgánico” de 125 gramos, el cual estaría siendo comercializado sin autorización y bajo un certificado sanitario falsificado. Este hecho no solo constituye un fraude contra la normativa vigente, sino que también representa un riesgo potencial para la salud de los consumidores.

El caso fue identificado gracias a denuncias ciudadanas y a labores de inspección, vigilancia y control que realiza el Invima de manera constante en el país. Como resultado, se publicó la Alerta Sanitaria No. 238-2025, donde se confirma que el número de registro sanitario que aparece en el envase —VINVIMA 22-0122542— no existe dentro de la base de datos oficial de la institución.

La inocuidad como prioridad de salud pública

En Colombia, todos los productos alimenticios que circulan en supermercados, tiendas físicas o plataformas de comercio electrónico deben cumplir con la normativa establecida en la Resolución 2674 de 2013. Esta legislación regula la producción, fabricación, procesamiento, preparación, envase, almacenamiento, distribución y comercialización de alimentos y bebidas. Su objetivo es proteger la inocuidad alimentaria, entendida como la garantía de que un producto no causará daño al consumidor cuando se prepare o consuma de acuerdo con las condiciones de uso previstas.

Cuando un producto carece de registro sanitario válido, no es posible asegurar que haya pasado por los procesos de verificación necesarios para garantizar que está libre de contaminantes físicos, químicos o biológicos. En este sentido, la comercialización fraudulenta de productos como el “Té Matcha Orgánico” compromete la confianza en el sistema de abastecimiento alimentario y pone en riesgo a quienes lo consumen.

Fraudes que generan desinformación

Un alimento o bebida también puede considerarse fraudulento cuando su envase, etiqueta o publicidad inducen al error sobre su verdadera naturaleza, composición o propiedades. En el caso del “Té Matcha Orgánico”, además de la falsificación del certificado, el uso de la palabra “orgánico” sin respaldo de certificaciones oficiales genera confusión en los consumidores, quienes pueden creer que están adquiriendo un producto seguro y avalado por la autoridad sanitaria.

El Invima insiste en que los responsables de garantizar el cumplimiento de la normativa no son únicamente los fabricantes, sino también los importadores, distribuidores y comercializadores. Todos ellos comparten la obligación de verificar la legalidad de lo que ofrecen al público.

Responsabilidad compartida

El combate contra la comercialización de alimentos fraudulentos exige la participación activa de distintos actores. Por un lado, las autoridades deben mantener y fortalecer las labores de inspección y control; por otro, las empresas tienen la obligación ética y legal de garantizar que sus procesos cumplen con las regulaciones. Finalmente, los consumidores también juegan un papel clave al verificar la autenticidad de los registros sanitarios en los envases y reportar cualquier irregularidad.

Construcción de confianza en el mercado alimentario

La inocuidad alimentaria es un pilar fundamental de la salud pública y del desarrollo económico del país. Cada vez que un producto fraudulento llega al mercado, no solo se pone en riesgo la salud de los consumidores, sino que también se debilita la confianza en el sector de alimentos y bebidas, un motor importante del PIB nacional.

Fortalecer la cultura de la legalidad y la vigilancia del consumidor es esencial para consolidar un sistema alimentario seguro. Casos como el del “Té Matcha Orgánico” son un recordatorio de la necesidad de proteger la cadena de suministro con controles rigurosos y de mantener un compromiso colectivo con la inocuidad de los alimentos que llegan a la mesa de los colombianos.

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