El mercado de bebidas enlatadas atraviesa una tormenta perfecta en América. La combinación de una caída del 5% en el consumo y un aumento del 54% en el precio del aluminio en los últimos diez meses está transformando las estrategias de las principales marcas globales.
Gigantes como Crown Holdings, Ardagh Metal Packaging, Heineken, Coca-Cola y Constellation Brands enfrentan márgenes presionados, menor demanda y un consumidor que exige sostenibilidad, conveniencia y precios accesibles.
Un mercado en contracción: del auge al reajuste
Durante la última década, el continente americano fue uno de los motores globales del consumo de bebidas enlatadas, pero el escenario cambió drásticamente en 2025. Crown Holdings reportó una reducción del 5% en los volúmenes del tercer trimestre, revirtiendo el crecimiento del 10% del año anterior. Las causas son múltiples:
Inflación y pérdida de poder adquisitivo en América Latina, que reducen el gasto en refrescos y cervezas.
Clima adverso en Brasil, que afectó las ventas de bebidas estacionales.
Caída del 15% en el consumo de cerveza y gaseosas en México y Brasil.
Aun así, Tim Donahue, CEO de Crown Holdings, subrayó que los márgenes se han protegido mediante ajustes contractuales que trasladan el alza del aluminio a los clientes. “Confiamos en la fortaleza de la lata como formato dominante y sostenible”, aseguró.
Fabricantes en transición: América retrocede, Europa avanza
La multinacional Ardagh Metal Packaging confirmó una caída global del 1% en los envíos, con América retrocediendo 3% y Europa creciendo 2%. En detalle, Norteamérica registró un leve aumento del 1% gracias al auge de bebidas energéticas y sin alcohol, mientras que Brasil sufrió una contracción del 17%.
Oliver Graham, CEO de Ardagh, reconoció que “la categoría de cerveza se debilita, pero la innovación en tamaños y envases está compensando parte del impacto”. La firma invierte en líneas flexibles capaces de fabricar latas desde 150 ml hasta 500 ml, adaptándose a las nuevas dinámicas del mercado.
Nuevos hábitos: salud, sostenibilidad y porciones pequeñas
Según Circana (2025), el 48% de los estadounidenses planea reducir su consumo de alcohol, lo que está reconfigurando las categorías tradicionales. Marcas como Heineken y Molson Coors ya aplican reestructuraciones: esta última recortará 400 puestos (9% de su plantilla) por la caída de la demanda. Heineken, con una baja del 7% en volumen y 5% en ingresos, apunta a formatos sostenibles e ingredientes naturales para retener consumidores.
En paralelo, Coca-Cola impulsa su propia reinvención. Su línea de mini latas, que genera más de US$ 1.000 millones anuales, crece como alternativa frente al encarecimiento del metal. La marca lanzó en Brasil los paquetes dúo de Coca-Cola Zero Azúcar, orientados al consumo familiar y a la reducción del desperdicio. “Diseñamos envases que reflejan el poder adquisitivo actual sin sacrificar calidad ni experiencia”, explicó Henrique Braun, COO global.
El precio del aluminio: epicentro del problema
El aluminio, que representa hasta el 25% del costo total de una bebida en lata, alcanzó máximos históricos impulsado por la crisis energética global, las restricciones de exportación chinas y la especulación en los mercados de futuros. Esto obliga a las empresas a equilibrar sus finanzas sin romper compromisos ambientales.
Para contener la presión, Heineken y Coca-Cola lideran proyectos piloto con aluminio reciclado postconsumo, mientras Crown Holdings experimenta con aleaciones más ligeras que reducen el peso del envase hasta un 8% sin afectar su resistencia.
Reinventar la lata: hacia una nueva era
El futuro de la industria pasa por mini latas, materiales reciclables y economía circular. Las empresas apuestan por envases inteligentes, sistemas de retorno y cadenas de suministro neutras en carbono. Según la consultora Allied Market Research, el mercado global de envases de aluminio reciclado alcanzará los US$ 78.000 millones en 2030, con América Latina como una de las regiones de crecimiento más acelerado.
La “crisis del aluminio” no marca el fin del formato, sino su evolución estructural. Las compañías que logren combinar eficiencia, innovación y sostenibilidad liderarán la recuperación del sector en 2026. En un mundo de márgenes ajustados y consumidores más conscientes, la mini lata y el envase reciclable no son modas: son el nuevo estándar del consumo responsable.



