En los últimos años, las marcas propias de los minoristas en América Latina han experimentado un crecimiento sostenido y acelerado dentro del mercado de alimentos empaquetados, una tendencia que refleja cambios profundos en los hábitos de consumo y en la estrategia comercial de los retailers.
Según un análisis reciente publicado por GlobeNewswire, los consumidores buscan cada vez más mayor valor por dinero, priorizando la relación entre calidad, precio y conveniencia, lo que ha impulsado la expansión de las marcas propias en segmentos tradicionalmente dominados por marcas de fabricante.
Este fenómeno ha sido especialmente evidente en canales de descuento, clubes de almacenes y supermercados de gran escala, donde la penetración de las marcas propias se ha consolidado como una estrategia efectiva para fidelizar clientes y aumentar la rentabilidad de las categorías. Datos de Euromonitor señalan que en algunos mercados de América Latina, como México, Brasil y Chile, las marcas privadas representan ya entre el 15% y 25% del volumen total de ventas de alimentos empaquetados, y se espera que esta cifra continúe aumentando a medida que los consumidores valoren la transparencia, sostenibilidad y el origen de los productos.
Aunque la penetración varía significativamente entre países, la investigación indica que las marcas propias ya no se limitan a categorías básicas, como aceites, leche, arroz y azúcar. Hoy se observa una expansión hacia productos de valor añadido, incluyendo snacks saludables, helados premium, productos orgánicos y bebidas funcionales. Este desarrollo responde a un doble desafío: satisfacer a consumidores cada vez más conscientes de la nutrición, la salud y el bienestar, y ofrecer opciones competitivas frente a las marcas tradicionales que históricamente dominaban estas categorías.
Desde un enfoque científico y comercial, la tendencia hacia marcas propias se apoya en datos que muestran que los consumidores latinoamericanos priorizan ahora atributos como contenido reducido de azúcares y sodio, presencia de ingredientes naturales o funcionales, envases reciclables y trazabilidad del producto. Según estudios de la consultora Nielsen, el 68% de los consumidores en la región afirma que verifica la composición nutricional antes de decidir su compra, y un 52% considera relevante que el producto provenga de fuentes sostenibles o responsables. Esta evolución refuerza la importancia de que los fabricantes inviertan en I+D y formulaciones innovadoras para las marcas privadas.
Para la industria, esta dinámica ofrece múltiples oportunidades:
Fabricantes: pueden ampliar su portafolio desarrollando productos para marcas propias de minoristas o incluso crear sus propias líneas privadas, diversificando ingresos y fortaleciendo alianzas comerciales.
Minoristas: tienen la posibilidad de optimizar sus portafolios, equilibrando productos de precio accesible con opciones premium y saludables, adaptándose a distintos segmentos de consumidores.
Marcas tradicionales: enfrentan una presión creciente sobre precios, innovación y comunicación, obligándolas a mejorar la diferenciación, la propuesta de valor y la relación directa con consumidores más exigentes y conscientes.
En conclusión, la expansión de las marcas propias en América Latina no solo transforma la manera en que los consumidores eligen alimentos, sino que también redefine la estrategia competitiva de fabricantes y minoristas, impulsando la innovación, la sostenibilidad y la eficiencia en la cadena de valor del sector alimentario. Las marcas privadas se consolidan como un actor estratégico capaz de equilibrar accesibilidad, calidad y responsabilidad ambiental, configurándose como un componente esencial del futuro del mercado alimentario regional.



