Una pequeña empresa de alimentos ubicada en Cota, Cundinamarca, acaba de protagonizar una victoria poco común frente a uno de los conglomerados empresariales más poderosos de Colombia. La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) autorizó el registro de la marca Frescolio, desestimando la oposición presentada por Postobón, compañía insignia de la Organización Ardila Lülle, que alegaba una posible confusión con su tradicional bebida Freskola.
La solicitante del registro fue Comestibles Ya, una productora de conservas con operaciones en la Sabana de Bogotá, que ya cuenta con marcas posicionadas como Pascuali y el aceite de oliva El Andaluz. Como parte de su estrategia de expansión y diversificación de portafolio, la empresa decidió cerrar el año solicitando el registro de Frescolio para una nueva línea de productos en conserva.
El proceso, sin embargo, no fue sencillo. Postobón, respaldada por un robusto equipo jurídico, presentó una oposición formal argumentando que el nombre Frescolio tenía similitudes fonéticas y conceptuales con Freskola, una bebida con más de un siglo de historia y amplio reconocimiento, especialmente en el Valle del Cauca. La defensa de la multinacional estuvo liderada por su estructura legal interna, encargada de proteger un portafolio de marcas considerado estratégico para la compañía.
Freskola es uno de los productos emblemáticos de Postobón. Fue lanzada oficialmente en 1924, aunque su antecedente directo, la cola champaña, data de 1918. Ese mismo año obtuvo la Medalla de Oro Gran Cruz en una exposición internacional en Roma, un hito que marcó el inicio de la expansión de la empresa. Décadas después, la marca se consolidó como parte del crecimiento industrial impulsado por Carlos Ardila Lülle, ingeniero bumangués que lideró la transformación del negocio de bebidas y la posterior fusión de Lux y Postobón en 1968.
Postobón se convirtió así en la columna vertebral de la Organización Ardila Lülle, con presencia en bebidas gaseosas, aguas, jugos y, durante más de cuatro décadas, la embotelladura de Pepsi en Colombia. Esta licencia, vigente desde 1980, cambió de manos en 2025, cuando fue adquirida por Central America Bottling Corporation, un grupo de origen guatemalteco, en medio de un proceso de reconfiguración empresarial del conglomerado.
Pese a ese peso histórico y comercial, la SIC no encontró argumentos suficientes para bloquear el registro de Frescolio. Tras analizar los alegatos de ambas partes, la entidad concluyó en primera instancia que no existía riesgo real de confusión para el consumidor, considerando las diferencias en denominación, presentación gráfica, logos y categorías de producto.
El proceso fue liderado por el representante legal de Comestibles Ya, Moris Turbay Corredor, y defendido jurídicamente por el abogado Freddy Giovanny Corredor Carrillo, quien logró demostrar que la nueva marca tenía identidad propia y un posicionamiento claramente distinto al de la bebida gaseosa. La decisión fue respaldada por la dirección de la SIC, que reiteró la importancia de evaluar cada caso bajo criterios técnicos y no solo por el peso comercial de las partes involucradas.
Con el aval de la autoridad, Frescolio se prepara ahora para salir al mercado, convirtiéndose en un ejemplo de cómo las pequeñas y medianas empresas pueden abrirse paso en escenarios altamente competitivos. El fallo también envía un mensaje claro al sector empresarial: en materia de propiedad industrial, la diferenciación y el sustento jurídico pueden prevalecer incluso frente a los gigantes de la industria.