La avicultura costarricense alcanzó un punto de inflexión histórico: por primera vez, una granja del país superó la marca de 500 huevos por ave alojada, un umbral que, a nivel global, distingue a las unidades productivas con los más altos estándares de eficiencia, manejo y bienestar animal.
Con este logro, Cargill Costa Rica ingresa oficialmente al prestigioso Club 500, consolidando al país como referente técnico en la industria avícola latinoamericana.
El reconocimiento se obtuvo gracias al desempeño de la granja Avícola Resbaloso, operada por el productor integrado Francisco Chaves Víquez, que alcanzó 506 huevos por ave alojada en un ciclo de 100 semanas. Este resultado supera el estándar internacional de la genética Dekalb White, una de las líneas más eficientes del mundo, desarrollada por Hendrix Genetics y distribuida en Centroamérica por Granja Roblealto. Lo más notable es que esta productividad récord se logró bajo sistemas de producción tradicionales, con galpones abiertos y nidales en piso, una modalidad que suele enfrentar mayores retos frente a los sistemas automatizados.
Este hito evidencia la capacidad técnica del sector avícola costarricense, así como el impacto de una estrategia que combina genética de alto rendimiento, nutrición balanceada, manejo preciso y disciplina operativa. Para Cargill Costa Rica, se trata de una confirmación del rumbo tomado en materia de innovación, sostenibilidad y fortalecimiento de alianzas con productores integrados.
En la región, solo existía un precedente: una operación hondureña que alcanzó el Club 500 utilizando sistemas totalmente automatizados y de ambiente controlado. El caso costarricense, en cambio, demuestra que la excelencia también puede florecer en instalaciones convencionales cuando existe una gestión rigurosa y un enfoque técnico bien estructurado.
Una señal del crecimiento del mercado de proteína en Costa Rica
El logro se da en un momento clave para la industria alimentaria del país. El consumo de huevo mantiene una tendencia ascendente —favorecido por su perfil nutricional, su accesibilidad y su versatilidad culinaria— y Cargill Costa Rica ha incrementado su producción en 1,6% en los últimos años. Las proyecciones de la compañía apuntan a crecimientos de doble dígito hacia 2026, impulsados por inversiones estratégicas en sistemas productivos más eficientes, innovación en nutrición y mejora de infraestructuras.
Este crecimiento forma parte de la estrategia regional de Cargill Food Latinoamérica, cuyo objetivo es fortalecer el negocio de proteína en mercados donde el huevo y el pollo mantienen una demanda sostenida. Las marcas Tip-Top, Pipasa, Kimby y Huevo Norteño han contribuido a posicionar la empresa como uno de los actores más influyentes en la nutrición cotidiana de Centroamérica.
Un avance que impulsa al sector avícola regional
Además de una distinción técnica, el ingreso al Club 500 coloca a Costa Rica en una nueva conversación regional sobre productividad, resiliencia y modernización avícola. Alcanzar más de 500 huevos por ave implica un equilibrio excepcional entre genética, nutrición, bioseguridad, bienestar animal y manejo. Es, en términos productivos, la evidencia de que los modelos de operación pueden evolucionar hacia estándares de clase mundial sin perder su identidad local.
Desde su posición dentro de la cadena alimentaria, Cargill continúa promoviendo prácticas sostenibles, trabajo conjunto con pequeños productores y un abastecimiento responsable. Este nuevo reconocimiento no solo celebra un logro operativo, sino que también marca la hoja de ruta para la siguiente etapa de la avicultura costarricense: una industria más tecnológica, más eficiente y aún más comprometida con nutrir al país y a la región de forma segura y sostenible.



