FoodNewsLatam - El queso latinoamericano se reinventa: sostenibilidad, valor y especialización hacia 2026

El queso latinoamericano se reinventa: sostenibilidad, valor y especialización hacia 2026

Latinoamérica Lácteos

El mercado del queso en América Latina atraviesa una etapa de consolidación y cambio estructural que redefine su futuro inmediato. Aunque el crecimiento en volumen sigue siendo moderado, las transformaciones tecnológicas, comerciales y de consumo anuncian un escenario donde la calidad y la innovación serán los principales motores del desarrollo hacia 2026.

Actualmente, la producción regional ronda 1,5 millones de toneladas anuales, mientras el consumo supera los 1,9 millones, con un valor cercano a los 10.600 millones de dólares. Las proyecciones indican un incremento anual del 0,8 % en volumen y del 2,3 % en valor hacia 2030, impulsado por la premiumización y la sofisticación del consumidor. El reto ya no es producir más, sino producir mejor.

Producción: tecnología y valor agregado

Argentina, México y Brasil continúan liderando la producción regional, consolidando plantas más automatizadas y eficientes. La inversión en control microbiológico, digitalización de procesos y trazabilidad está redefiniendo los estándares de calidad. Paralelamente, los productores apuestan por líneas de quesos de especialidad —maduros, azules o saborizados— que crecen a un ritmo de alrededor del 6 % anual.

En Brasil, la recuperación del orgullo por la tradición quesera regional ha generado un auge en productos artesanales certificados, muchos de los cuales ya inician rutas de exportación. Este fenómeno combina identidad cultural con oportunidad económica, posicionando al queso brasileño como un símbolo de autenticidad y valor.

Consumo: sofisticación y bienestar

El consumo de queso en Latinoamérica refleja un cambio de paradigma. En las ciudades, el producto dejó de ser un alimento básico para convertirse en un placer asociado al bienestar y la gastronomía. Los quesos frescos siguen dominando en volumen, pero los segmentos gourmet, orgánico y funcional ganan protagonismo.

El consumidor latinoamericano está dispuesto a pagar más por un queso con identidad, sabor distintivo o certificaciones que garanticen su origen y sostenibilidad. El auge de la cocina internacional, la popularidad de las tablas de quesos y la demanda de formatos convenientes —porciones individuales o envases listos para consumir— impulsan nuevas categorías con alto valor añadido.

Comercio e internacionalización

La región sigue siendo importadora neta: en 2024 las importaciones superaron las 550.000 toneladas, frente a 200.000 exportadas. Sin embargo, esta brecha se convierte en oportunidad. Las empresas latinoamericanas más innovadoras apuntan a diversificar su oferta y acceder a mercados premium en Estados Unidos, Europa y Asia, donde los quesos artesanales latinoamericanos despiertan creciente interés. Para 2026, se espera que aumenten las exportaciones de quesos maduros, finos y con denominación de origen.

Sostenibilidad e innovación

El eje verde domina las nuevas estrategias del sector. La producción sostenible, el uso eficiente del agua, la reducción de emisiones ganaderas y los empaques reciclables son prioridades crecientes. A la par, el queso vegetal —hecho a base de frutos secos o proteínas alternativas— emerge como nicho con tasas de crecimiento superiores al 10 % anual, especialmente en México, Chile y Brasil.

Desafíos y perspectivas

Persisten retos estructurales como la infraestructura de frío insuficiente, los altos costos de insumos y la informalidad productiva. Pero el futuro es prometedor para las empresas que integren innovación, marketing y sostenibilidad.

Para 2026, el queso latinoamericano se consolidará como un producto de identidad y sofisticación: menos volumen, más valor. La combinación de tradición, tecnología y compromiso ambiental definirá a los nuevos líderes del sector, en una región que apuesta por transformar su potencial lácteo en una marca global de calidad y autenticidad.

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