El mercado de las bebidas híbridas con proteína —aquellas que combinan ingredientes de origen vegetal y animal, como lácteos, proteínas de guisante, soya o avena— está emergiendo como uno de los segmentos de mayor crecimiento en la industria de alimentos y bebidas de América Latina.
Según un informe reciente de Future Market Insights (FMI), el valor de este mercado alcanzará aproximadamente USD 1.480 millones en 2035, frente a los USD 520 millones estimados para 2025, lo que representa una tasa compuesta anual de crecimiento (CAGR) del 11% durante la próxima década.
El auge de las bebidas híbridas responde a una tendencia global hacia la nutrición funcional, impulsada por consumidores que buscan productos más equilibrados, sostenibles y ricos en proteínas. En América Latina, esta transformación se acelera por la creciente clase media, el aumento de la conciencia sobre la salud metabólica y el desarrollo de nuevas tecnologías alimentarias que permiten combinar fuentes proteicas sin comprometer el sabor o la textura.
De acuerdo con el estudio, los mercados más dinámicos se encuentran en Brasil, México, Chile y Colombia, donde el consumo de bebidas funcionales ya supera el promedio regional. Las innovaciones más prometedoras incluyen leches fermentadas con proteína vegetal añadida, smoothies con colágeno y guisante, y bebidas deportivas que mezclan suero lácteo con proteína de arroz o soya. Estas formulaciones atraen tanto a deportistas como a consumidores que buscan alimentos completos, bajos en azúcar y con beneficios comprobados para la recuperación muscular o la saciedad.
Empresas multinacionales como Nestlé, Danone y PepsiCo, así como marcas emergentes locales, están invirtiendo fuertemente en el segmento. En Brasil, por ejemplo, se han lanzado líneas de “bebidas smart protein”, elaboradas con mezclas de caseína y proteína vegetal, que ya ocupan un 7% del mercado de bebidas funcionales. En México, startups alimentarias están explorando la combinación de almendra, avena y suero lácteo, buscando ofrecer un equilibrio entre sostenibilidad y alto valor nutricional.
Los avances tecnológicos en microfiltración, fermentación y encapsulación de nutrientes están desempeñando un papel clave. Estas técnicas permiten mejorar la biodisponibilidad de las proteínas y estabilizar combinaciones que antes eran incompatibles. Además, la expansión de la infraestructura de producción de proteínas alternativas —particularmente en Argentina y Chile— está fortaleciendo el suministro regional y reduciendo la dependencia de importaciones.
Otro impulsor relevante es el cambio de percepción del consumidor latinoamericano. De acuerdo con encuestas de Euromonitor, el 64% de los consumidores de la región asocia el consumo de proteínas con bienestar general, energía y control de peso. Asimismo, un 43% afirma haber reducido el consumo de lácteos tradicionales, pero sin eliminar completamente la proteína animal, lo que abre la puerta a opciones híbridas.
En materia de sostenibilidad, las bebidas híbridas también ofrecen ventajas. Al combinar fuentes vegetales con lácteas, reducen la huella de carbono por unidad de proteína y mejoran la eficiencia en el uso de recursos como agua y energía.
A medida que la región avanza hacia dietas más conscientes y personalizadas, las bebidas híbridas con proteína se consolidan como un puente entre lo natural, lo funcional y lo sostenible. América Latina no solo será un mercado consumidor clave, sino también un polo de innovación tecnológica y nutricional en este segmento de rápido crecimiento.



