FoodNewsLatam - Consumo de café revela brechas entre Europa y Latinoamérica

Consumo de café revela brechas entre Europa y Latinoamérica

Latinoamérica Bebidas

Un análisis internacional sobre el consumo per cápita de café en 2025 revela una marcada disparidad entre países europeos del norte y naciones latinoamericanas, destacando el papel del poder adquisitivo, la tradición cultural y las dinámicas del mercado en la industria cafetera global.

El estudio, realizado a partir de estadísticas de la Organización Internacional del Café (OIC) y datos de NielsenIQ sobre consumo minorista, ubica a Luxemburgo en la cima del ranking, con un promedio de 5.3 tazas diarias por habitante. Finlandia y Suecia completan los primeros puestos europeos con 3.8 y 2.6 tazas, respectivamente. Esta tendencia refleja la consolidación de una cultura cafetera profundamente arraigada, donde el café no solo es una bebida, sino un componente central de la vida social y laboral. Además, los altos ingresos y la densidad de cafeterías y cadenas especializadas en estos países potencian el consumo sostenido y frecuente.

En contraste, países de América Latina, a pesar de ser grandes productores, presentan cifras de consumo significativamente menores. México, por ejemplo, ocupa el puesto 53 del ranking con apenas 0.3 tazas diarias per cápita, similar a naciones como Tailandia y Sudán. Colombia, reconocida internacionalmente por su café de exportación, reporta 0.6 tazas diarias (posición 41), mientras que Brasil, el principal productor mundial, alcanza 1.6 tazas, ubicándose en el puesto 18. Estados Unidos, con 1.2 tazas diarias, se encuentra en el puesto 24. Estas cifras evidencian que la producción no siempre se traduce en consumo interno elevado, siendo factores culturales y económicos determinantes.

El análisis sugiere que la adopción del café como hábito de consumo está fuertemente ligada a la percepción de valor, la disponibilidad de productos premium y las campañas de marketing locales. En los mercados nórdicos, por ejemplo, la proliferación de cafés de especialidad, cápsulas y opciones sostenibles contribuye a consolidar el consumo diario. Estudios recientes de la OIC destacan que la calidad percibida y la trazabilidad de los granos se han convertido en motores clave de decisión de compra, especialmente entre consumidores de alto poder adquisitivo.

En América Latina, la tradición cultural de otras bebidas —como el té, atoles, mate o infusiones locales— modula la penetración del café, pese a la presencia de una industria cafetera altamente desarrollada. Sin embargo, existen oportunidades comerciales crecientes: los segmentos de café instantáneo premium, cápsulas y cold brew han registrado tasas de crecimiento de dos dígitos en México, Brasil y Colombia durante los últimos tres años, impulsados por consumidores jóvenes y urbanos interesados en experiencias de café similares a las europeas.

El consumo de café no solo tiene implicaciones culturales, sino también económicas y logísticas. Desde la cadena de valor de producción, transporte y comercialización, hasta la industria de equipamiento para preparación, bares y cafeterías, el volumen per cápita define oportunidades de negocio y la viabilidad de lanzamientos de productos innovadores. Según la OIC, cada taza consumida genera un impacto indirecto en sectores como hostelería, distribución y exportación, consolidando al café como un commodity estratégico a nivel global.

En conclusión, mientras los países nórdicos consolidan su liderazgo mundial por hábitos de consumo y poder adquisitivo, Latinoamérica mantiene un patrón más bajo, aunque con un mercado interno potencialmente dinámico, listo para crecer mediante innovación, diversificación de productos y estrategias de marketing culturalmente adaptadas.

|