FoodNewsLatam - Envases inteligentes peruanos revalorizan residuos y elevan seguridad alimentaria

Envases inteligentes peruanos revalorizan residuos y elevan seguridad alimentaria

Perú Cárnicos

Un equipo de jóvenes investigadores de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) ha desarrollado un prototipo de envase inteligente capaz de monitorear en tiempo real la calidad de los alimentos, con especial énfasis en productos cárnicos.

La innovación combina ciencia de materiales, nanotecnología y sostenibilidad, al reutilizar desechos agroindustriales —como el almidón de la semilla de mango— para crear sensores funcionales con potencial aplicación comercial en la industria alimentaria y de empaques.

El proyecto se gestó en la Unidad de Síntesis y Caracterización de Materiales del Centro de Investigaciones Tecnológicas, Biomédicas y Medioambientales (CITBM), un espacio dedicado al desarrollo de nuevos materiales, nanomateriales y compósitos con propiedades ajustadas a requerimientos tecnológicos específicos. Entre sus líneas de trabajo se encuentra la fabricación de membranas poliméricas para sensores, filtros y aplicaciones biomédicas mediante la técnica de electrohilado, ampliamente utilizada a escala industrial por su versatilidad y bajo consumo de materia prima.

La investigación es liderada por la tesista de Ingeniería Agroindustrial Ana Paula Osores Tinoco, quien desarrolló una matriz polimérica en forma de membrana —similar a un parche— empleando almidón extraído de semillas de mango descartadas por la agroindustria. Este enfoque no solo reduce residuos, sino que agrega valor a subproductos abundantes en países tropicales, alineándose con tendencias globales de economía circular y empaques sostenibles.

Desde el punto de vista científico, la membrana actúa como un sensor colorimétrico inteligente. Está cargada con curcumina, un compuesto bioactivo natural conocido por su sensibilidad a variaciones de pH. Durante el almacenamiento, la carne continúa con procesos metabólicos residuales; cuando las condiciones de conservación no son óptimas, se incrementa la actividad microbiana y se liberan gases volátiles, principalmente amoníaco, asociados al deterioro del producto.

“El amoníaco liberado reacciona con la curcumina incorporada en la membrana, provocando un viraje de color claramente visible, por ejemplo, de amarillo a naranja”, explica Osores Tinoco. Este cambio cromático funciona como un indicador directo de pérdida de inocuidad, permitiendo identificar de forma inmediata cuándo el alimento ya no es apto para el consumo humano, sin necesidad de equipos adicionales o análisis de laboratorio.

Desde una perspectiva comercial, este tipo de envases inteligentes responde a una demanda creciente de la industria cárnica, minoristas y consumidores por soluciones que reduzcan mermas, mejoren la trazabilidad y refuercen la confianza en la cadena de frío. Además, podría integrarse en sistemas de empaque activo o inteligente de bajo costo, facilitando su escalabilidad para mercados masivos y exportación.

Para el físico sanmarquino Justiniano Quispe Marcatoma, responsable del centro de producción de membranas nanofibrosas por electrohilado, el valor estratégico del proyecto radica en su enfoque integral. “Se transforma un residuo agroindustrial en un componente clave de una tecnología de seguridad alimentaria, con impacto ambiental y económico positivo”, señala.

En conjunto, la investigación destaca por articular sostenibilidad, ciencia de materiales avanzada y aplicabilidad industrial, posicionando a la UNMSM como un actor relevante en el desarrollo de soluciones tecnológicas para la industria alimentaria regional.

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