El neurocientífico Andrew Huberman, profesor titular del Departamento de Neurobiología en la Universidad de Stanford, se ha convertido en una de las voces más influyentes del mundo en el campo de la salud cerebral y el bienestar.
Su pódcast Huberman Lab, con más de 140 millones de reproducciones en YouTube y seguidores en más de 100 países, traduce la neurociencia en hábitos cotidianos para optimizar el rendimiento físico y mental. Sin embargo, más allá de su labor académica y mediática, Huberman mantiene un lazo íntimo con una tradición sudamericana que hoy gana terreno en Estados Unidos: la yerba mate.
“Soy mitad argentino y comencé a consumir cafeína en forma de yerba mate cuando era niño”, comentó en sus redes sociales. Ese vínculo cultural y biológico se ha transformado en un puente entre la neurociencia moderna y la nutrición ancestral, impulsando la expansión de Mateína Yerba Mate, una marca que encarna el equilibrio entre energía natural, sostenibilidad y bienestar.
De las chacras argentinas a los anaqueles de Whole Foods
En 2025, Mateína Yerba Mate logró un hito comercial al ingresar al catálogo completo de Whole Foods Market, una de las cadenas líderes de alimentos saludables en Estados Unidos. Elaborada con yerba mate orgánica certificada, sin azúcar añadida y con cafeína de origen natural, esta bebida ofrece una alternativa funcional al café y a las bebidas energéticas tradicionales.
Cada lata contiene 80 mg de cafeína —una dosis moderada comparable a una taza de café filtrado— junto con antioxidantes naturales, teobromina y polifenoles que favorecen la concentración y reducen la fatiga sin provocar los picos de ansiedad típicos de otros estimulantes. “Desde las chacras de Argentina hasta las góndolas de tu tienda local, creemos que una mejor energía comienza con mejores ingredientes”, señala la empresa en su lanzamiento oficial.
Según datos de Grand View Research, el mercado global de bebidas a base de yerba mate superó los US$ 2.500 millones en 2024, con un crecimiento anual proyectado del 6,2% hasta 2030, impulsado por consumidores jóvenes que buscan energía limpia y natural. Estados Unidos se consolida como el mercado emergente más prometedor, con ventas minoristas que crecen más del 18% anual.
Ciencia, energía y bienestar sostenido
Para Huberman, la yerba mate representa una fuente de energía más estable que el café. “La concentración y la claridad mental son más sostenidas, sin afectar el sueño ni generar dependencia”, explicó a través de su cuenta @hubermanlab, donde comparte rutinas basadas en evidencia científica. Su consumo habitual —dos a tres mates por la mañana y uno ocasional por la tarde— refleja un enfoque equilibrado de estimulación cerebral y bienestar.
Estudios recientes respaldan sus afirmaciones: investigaciones del Journal of Food Science and Human Wellness señalan que los compuestos bioactivos del mate mejoran la respuesta cognitiva y la oxidación de grasas, y que su contenido de ácido clorogénico y teobromina contribuye a la neuroprotección y al control del estrés oxidativo.
Tradición y neurociencia en una misma infusión
“La yerba mate no es solo una bebida, es parte de mis raíces y un ejemplo de cómo la ciencia puede reconciliarse con la cultura”, reflexiona Huberman.
Con la llegada de Mateína Yerba Mate a los supermercados Whole Foods, la tradicional infusión del Cono Sur entra en una nueva etapa: la de la nutrición neurocientífica global, donde el mate deja de ser una curiosidad étnica para convertirse en un símbolo de bienestar consciente y energía inteligente.



