La planta de Mondelez ubicada en Pacheco, Buenos Aires, donde se producen marcas icónicas como Oreo, Terrabusi y Milka, suspendió temporalmente sus actividades durante 21 días, afectando a más de 2.300 empleados.
La medida, que se extenderá hasta el 4 de enero, fue acordada con el sindicato y responde a una planificación operativa que combina tareas de mantenimiento, ajustes en la producción y reorganización de inventarios ante un escenario de menor consumo.
Según datos internos de la compañía, la producción anual de la planta cayó 13.000 toneladas frente a las 72.000 previstas, a pesar del lanzamiento de nuevos productos para intentar revertir la tendencia. Esta disminución se enmarca en un contexto de caída en la demanda interna de alimentos procesados, particularmente entre el segmento de clase media, tradicional consumidor de galletas, chocolates y snacks. Jorge Penayo, delegado de la fábrica, señaló que “las marcas que produce la empresa son las que consume la clase media, y el consumo de estos productos descendió significativamente este año”.
Desde el punto de vista operativo, la suspensión incluye licencias para todos los operarios, sin despidos ni recortes salariales inmediatos, y se comunicó formalmente al personal a través de reuniones y asambleas internas. Fuentes gremiales destacan que se trata de una de las reducciones más significativas en la industria alimentaria argentina de los últimos años, aunque remarcan que la medida busca garantizar la sustentabilidad a largo plazo de la planta y la continuidad de sus marcas.
La planta de Pacheco, ubicada en el corredor Escobar de Acceso Norte, es uno de los centros productivos más estratégicos de Argentina, no solo por su volumen, sino también por la diversidad de líneas: además de Oreo, Milka y Terrabusi, se elaboran Pepitos, Cadbury, Halls, Beldent, Cerealitas y Clight. Según datos de la consultora NielsenIQ, estas categorías presentan una desaceleración promedio de 5% en valor de ventas y hasta 8% en volumen en 2025, reflejando una tendencia de contracción en el consumo masivo y cambios en los hábitos de los consumidores hacia alternativas más saludables o locales.
El acuerdo con el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) y la Comisión Interna incluye planes de comunicación, seguimiento de inventarios y capacitación del personal en procesos de mejora continua y optimización de líneas productivas. Esta colaboración busca minimizar el impacto sobre los trabajadores y permitir que la planta reanude operaciones con mayor eficiencia y menor riesgo financiero.
La situación de Mondelez se inscribe en un contexto más amplio del sector: la industria alimentaria argentina enfrenta una menor rotación en supermercados y mayoristas, aumento de costos de logística y energía, y presión sobre los márgenes por la inflación. Analistas señalan que las empresas líderes están adoptando estrategias de racionalización temporal de la producción y diversificación de portafolio para equilibrar inventarios y costos sin afectar la presencia de marca en el mercado.
En este marco, la suspensión temporal de Mondelez refleja un ajuste estructural que busca alinear la capacidad productiva con la demanda real, manteniendo la estabilidad laboral y la continuidad de productos emblemáticos en el largo plazo, mientras la empresa estudia nuevas estrategias comerciales y de innovación para recuperar dinamismo en el mercado argentino.