FoodNewsLatam - Ciencia moderna desmonta mitos sobre edulcorantes no calóricos

Ciencia moderna desmonta mitos sobre edulcorantes no calóricos

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La seguridad de los edulcorantes no calóricos volvió al centro del debate público tras la presentación de nuevos estudios científicos que desmienten afirmaciones ampliamente difundidas sobre sus supuestos riesgos.

En el seminario “Avances y Desafíos en el Uso de Edulcorantes No Calóricos”, realizado en el campus Bellavista de la Universidad San Sebastián (USS) en alianza con la Asociación de Alimentos y Bebidas de Chile AG (AB Chile), especialistas internacionales expusieron evidencia reciente que refuerza la inocuidad de estos ingredientes y su potencial rol en estrategias de salud pública.

El encuentro reunió a referentes de Chile y Argentina —el Dr. Samuel Durán, la Dra. Susana Socolovsky y el Dr. Brian Cavagnari—, quienes abordaron la evolución regulatoria, los avances en toxicología moderna y el impacto metabólico de los edulcorantes no calóricos en un contexto donde proliferan mensajes contradictorios en redes sociales y medios de comunicación. La discusión ocurre en un mercado global que supera los US$ 22.000 millones anuales, impulsado por la búsqueda de alternativas al azúcar en bebidas, lácteos, snacks y productos “sin calorías”.

Tres creencias desmentidas por evidencia reciente

Los especialistas insistieron en que una parte importante de las alarmas mediáticas proviene de interpretaciones erróneas de estudios observacionales, que no permiten establecer causalidad. A partir de estudios clínicos controlados, metaanálisis recientes y revisiones sistemáticas, la comunidad científica ha logrado clarificar tres creencias extendidas:

1. “Dañan la microbiota intestinal”.
Los estudios clínicos de alta calidad muestran que, aunque algunos edulcorantes pueden modificar de manera transitoria la composición microbiana, estos cambios no afectan parámetros clave como glucosa o insulina, ni provocan disbiosis funcional. Además, las investigaciones coinciden en que su uso dentro de patrones alimentarios equilibrados puede contribuir a reducciones modestas pero significativas de peso corporal, especialmente cuando reemplazan alimentos y bebidas azucaradas. Este hallazgo es relevante para países donde la obesidad supera el 30% y la reducción de azúcares añadidos es una meta sanitaria prioritaria.

2. “Aumentan la glucosa o la insulina”.
Una amplia revisión de ensayos clínicos controlados —el estándar más robusto en investigación— demuestra que los edulcorantes no calóricos no elevan la glucemia ni los niveles de insulina, incluso entre personas con diabetes tipo 2 o prediabetes. Estas conclusiones desafían temores arraigados entre algunos profesionales de la salud y confirman que estos compuestos no desencadenan respuestas metabólicas adversas.

3. “Producen cáncer”.
Evaluaciones continuas de organismos como la FDA, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) sostienen de manera consistente que los edulcorantes autorizados no son carcinogénicos, mutagénicos ni teratogénicos dentro de las dosis admisibles de ingesta diaria. La rigurosidad de estas agencias —que revisan datos toxicológicos en animales, estudios clínicos y monitoreo poblacional— constituye uno de los pilares de confianza para consumidores y para la industria global de alimentos y bebidas.

Durante el seminario, el Dr. Durán subrayó que “la discusión debe centrarse en evidencia real, no en percepciones”. Por su parte, Marisol Figueroa, gerenta general de AB Chile, destacó que la colaboración entre academia e industria permite avanzar en soluciones basadas en ciencia para mejorar el bienestar de la población.
Los tres expertos presentarán estos resultados en México ante la Fundación FiNUT, reflejando que la conversación internacional sobre el uso seguro de edulcorantes no calóricos continúa ganando relevancia en agendas científicas y regulatorias.

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