Perú es el país con la mayor diversidad de papas en el mundo, con 3.800 tipos distintos, difieren en tamaño, forma, color, piel, pulpa, textura y sabor, todos los cuales tienen su lugar en la gastronomía peruana. ¿Las papas de Perú tienen el material adecuado? Esa es la pregunta que los científicos se preguntaran en Lima el próximo mes, cuando una selección de tubérculos comenzará a someterse a pruebas para determinar si son aptos para crecer en Marte.
La NASA, la agencia espacial de los Estados Unidos, está llevando a cabo el experimento pionero junto con el Centro Internacional de la Papa de Lima (CIP). Se cultivarán cien variedades seleccionadas ya sometidas a rigurosa evaluación en condiciones extremas, similar a Marte que eventualmente podrían allanar el camino para la construcción de un domo en el planeta rojo para el cultivo de los vegetales. La selección se hizo de un total de 4.500 variedades registradas en el CIP, un centro de investigación sin fines de lucro que tiene como objetivo reducir la pobreza y alcanzar la seguridad alimentaria. De los candidatos seleccionados, 40 son nativas de los Andes, acondicionado para crecer en zonas ecológicas diferentes, resisten a los cambios de clima repentinos y se reproducen en terreno rocoso y árido. Las otras 60 son variedades genéticamente modificadas capaces de sobrevivir con poca agua y sal. También son inmunes a los virus. Los que pasan las pruebas deben cumplir con un criterio final, deben ser capaces de no sólo crecer bien en Marte, también de reproducirse en grandes cantidades.
"Estamos casi 100 por ciento seguros que muchas de las patatas seleccionadas van más allá de las pruebas,"dijo Julio Valdivia Silva, un astrobiólogo de la NASA peruana que participa en el ambicioso proyecto.
Los científicos esperan que el experimento será también de ayuda para los terrenales flagelos del hambre y la malnutrición mediante la identificación de variedades adaptados para crecer en condiciones difíciles. Los científicos esperan que el experimento también ayude a abordar los flagelos terrestres del hambre y la malnutrición mediante la identificación de variedades adaptadas para crecer en condiciones difíciles.
"Debemos estar preparados para el futuro," dijo el virólogo Jan Kreuze, un científico en el CIP. "Para responder a la desertificación, el aumento de la temperatura y el alto contenido de sal en el suelo".
El Vegetal del futuro
El suelo en las Pampas de La Joya, un sector del desierto de Atacama al sur del Perú que ha considerado uno de los lugares más secos en la tierra, es muy similar a la encontrada en el planeta rojo. Los científicos planean transportar 200 libras (100 kilos) de un laboratorio CIP en Lima que simulará la compleja atmósfera marciana, que contiene principalmente dióxido de carbono y exponer a la radiación ultravioleta extrema.
"Vamos a tener resultados más concretas en uno o dos años," dijo Valdivia, agregando que tardará más de cinco años para lanzar a una misión no tripulada a Marte.
El potencial de cultivos y el espacio futuro es también uno de los más antiguos. Los registros de la papa se remontan al 2500 A.C., cuando los indios indígenas lo cultivaban en el Perú y Bolivia. Si las variedades seleccionadas para el experimento del próximo mes no se adaptan a los suelos del desierto, los investigadores van a introducir nutrientes y someterlos a la radiación.
"Si eso no funciona", dijo Valdivia, "vamos a administrar un nuevo método que ya el CIP está usando, la aeroponía."
La técnica, utilizada para el cultivo de plantas sin tierra, dejaría al descubierto las raíces dentro de una esfera o un cubo que se rocía con nutrientes y contiene un sistema para la eliminación de toxinas. En los próximos años, la NASA planea construir un centro de investigación de Marte en el desierto peruano. Crearía una réplica perfecta del paisaje marciano y ambiente para la investigación futura en el espacio de cultivo que podría servir a las misiones tripuladas a Marte y otros planetas del sistema solar.