FoodNewsLatam - Trazabilidad e inocuidad alimentaria, el papel estratégico de las AgTech para garantizar alimentos seguros y sostenibles

Trazabilidad e inocuidad alimentaria, el papel estratégico de las AgTech para garantizar alimentos seguros y sostenibles

Argentina Control Calidad

La demanda global de alimentos seguros, sostenibles y con información verificable sobre su origen ha puesto a la trazabilidad agroalimentaria en el centro de la agenda productiva. Más allá de un simple requisito comercial, se ha convertido en un pilar clave para garantizar la inocuidad alimentaria, la transparencia de las prácticas agrícolas y el cumplimiento de estándares internacionales.

En este contexto, las tecnologías AgTech emergen como aliadas esenciales para construir sistemas alimentarios más confiables, tanto para los consumidores como para los mercados.

Durante el panel “Cadena de valor alimentaria, trazabilidad y acceso al mercado”, organizado por la Unión Europea en Argentina, especialistas del sector público, privado y del ecosistema emprendedor analizaron cómo la digitalización puede impulsar la inocuidad y abrir nuevas oportunidades para los productores.

Trazabilidad como garantía de inocuidad y confianza

La trazabilidad permite seguir el recorrido de un alimento desde su producción primaria hasta el consumidor final. No solo responde a la necesidad de conocer su procedencia, sino que también exige detalles sobre prácticas agrícolas, insumos aplicados, manejo postcosecha, condiciones de transporte y almacenamiento. Esta información es vital para asegurar la inocuidad: identificar rápidamente posibles contaminaciones, realizar retiros eficientes y prevenir riesgos sanitarios.

Gabriela Tallarico, coordinadora del programa AgTech del INTA, fue enfática: “Ya no es opcional. La trazabilidad y la transparencia son factores clave para acceder a mercados, construir confianza y garantizar prácticas sostenibles. La digitalización es el nuevo lenguaje del comercio global”. Sin embargo, también advirtió sobre los desafíos, grandes productores suelen adoptar tecnología de forma reactiva, mientras que pequeños y medianos enfrentan brechas significativas por limitaciones económicas, resistencias culturales y falta de soluciones adaptadas.

Tecnología como puente hacia la inocuidad

Las soluciones AgTech, como sensores, sistemas de control, etiquetas inteligentes o plataformas basadas en blockchain, están revolucionando la forma de capturar y compartir datos a lo largo de la cadena agroalimentaria. Estas herramientas permiten certificar cada etapa del proceso productivo y asegurar que el alimento ha sido manipulado bajo estándares seguros y trazables.

Alejandrina Vigna, directora técnica de Transformación Digital del INTI, destacó el rol del consumidor como agente de cambio: “Hoy los usuarios leen etiquetas y eligen productos con información verificable. La trazabilidad no solo abre mercados, sino que refleja el orden y la ética de una empresa”. Y agregó que la digitalización no se limita a adquirir tecnología: “No se trata de comprar máquinas, sino de tener una estrategia clara y capacitar equipos. La tecnología es un aliado, pero debe integrarse de manera coherente”.

El reto de escalar para grandes volúmenes

Uno de los mayores desafíos es aplicar trazabilidad e inocuidad en cultivos masivos como la soja o el maíz. Gustavo Idígoras, presidente de VISEC, señaló: “Trazar 50 millones de toneladas es un desafío enorme. Necesitamos soluciones uniformes y un Estado capaz de certificar los datos. Si no cumplimos, perdemos mercados”.

La trazabilidad, aunque no siempre genera un beneficio económico directo, previene pérdidas comerciales importantes. Además, se proyecta como un requisito indispensable para nuevas industrias como los biocombustibles, que requerirán trazabilidad por lote. Según Idígoras, esto implica una gobernanza sólida, estándares creíbles y una colaboración estrecha entre Estado, empresas y startups.

Digitalizar sin fricción

Darío Baudino, CEO de Tracestory, remarcó que el enfoque debe ser práctico: “El dato ya existe en múltiples sistemas; el reto es integrarlos. Hoy viaja más rápido un camión que la información, y eso no lo podemos admitir”. Subrayó que tecnologías como blockchain o inteligencia artificial deben aplicarse sobre una base de procesos ya digitalizados: “No sirve si la información original está en papeles o en planillas incompletas”.

Los expertos coincidieron en que el futuro de la trazabilidad incluye variables como bienestar animal, huella hídrica, emisiones de carbono y prácticas regenerativas. Tallarico concluyó: “La naturaleza ‘habla’, y la tecnología debe interpretarla. Pronto no solo rastrearemos el origen, sino cómo se produjo”.

Argentina tiene una gran oportunidad de posicionarse como líder en trazabilidad sostenible e inocuidad alimentaria, pero el momento para actuar es ahora. La clave estará en articular esfuerzos entre los distintos actores del ecosistema para escalar soluciones tecnológicas, reducir brechas de adopción y garantizar que cada alimento que llegue a la mesa sea seguro, transparente y confiable.

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