La industria alimentaria uruguaya sigue diversificándose con fuerza. Una de las compañías que marca el paso de esta transformación es Jugos del Uruguay, conocida por sus marcas Big C y Big Choice, que ha decidido ampliar su horizonte más allá del negocio tradicional de bebidas y pulpas de frutas.
Con una inversión cercana a los 10 millones de dólares, la empresa avanza en la construcción de una moderna planta de procesamiento y envasado de leche en Fray Bentos, un proyecto que representa un salto estratégico en su crecimiento y una señal de confianza en el potencial productivo del país.
Una apuesta a la diversificación y al arraigo territorial
El nuevo proyecto lácteo de Jugos del Uruguay se enmarca en una estrategia de diversificación productiva, orientada a consolidar la presencia de la empresa en el mercado nacional de alimentos. Según sus directivos, la decisión de instalar la planta en Río Negro no es casual: responde a una visión de largo plazo que combina tradición, logística y eficiencia operativa.
Desde su llegada a Fray Bentos en 1998, la compañía ha desarrollado una infraestructura sólida que le permite distribuir sus productos a todo el país desde un centro logístico ubicado en una zona estratégica del litoral. Esta base operativa, junto al acceso fluido a rutas nacionales y al puerto “Vladimir Roslik”, convierte al departamento en un punto ideal para nuevas inversiones industriales.
De acuerdo con Francisco Pomi, gerente comercial de la empresa, mantener y expandir la actividad en esta localidad refuerza la identidad regional de Jugos del Uruguay y permite aprovechar sinergias logísticas ya instaladas. La nueva planta láctea se levantará en el mismo predio donde hoy opera la firma, sobre la Ruta Puente–Puerto, en el kilómetro 310,7, lo que garantiza eficiencia en el transporte, reducción de costos y una integración fluida con las operaciones existentes.
La construcción de la planta comenzó en 2024 y tiene previsto iniciar operaciones en febrero de 2026. En su fase inicial, la capacidad de procesamiento estará entre 40.000 y 50.000 litros diarios, aunque el crecimiento será gradual y dependerá del comportamiento del mercado y de la disponibilidad de materia prima por parte de los productores lecheros de la zona.
La apuesta de Jugos del Uruguay no solo implica incorporar una nueva línea de productos, sino también sumarse a un sector clave para la economía uruguaya. La industria láctea, una de las más dinámicas del país, exporta a decenas de mercados internacionales y representa una fuente estable de empleo y desarrollo rural. Integrarse a esta cadena supone para la compañía un paso importante hacia la diversificación sostenible, aprovechando tanto su experiencia en procesamiento de alimentos como su infraestructura logística ya consolidada.
El proyecto tendrá un impacto directo en la generación de empleo en Fray Bentos y sus alrededores. En una primera etapa, la planta operará con un turno diario de producción, pero el plan contempla la posibilidad de expandirse a tres turnos, lo que permitiría mantener una producción continua las 24 horas del día. Esto implicaría la contratación progresiva de trabajadores tanto en la parte industrial como en la logística y la distribución.
Pomi adelantó que el crecimiento del personal indirecto —como choferes, proveedores de insumos y servicios auxiliares— dependerá de la respuesta del mercado a los nuevos productos. Sin embargo, se espera un efecto multiplicador significativo sobre la economía local, especialmente en sectores como transporte, mantenimiento, energía y servicios alimentarios.
Para la comunidad de Fray Bentos, la inversión refuerza el perfil del departamento como polo industrial y agroalimentario del litoral uruguayo, una zona que en los últimos años ha atraído inversiones tanto nacionales como extranjeras gracias a su conectividad y su infraestructura portuaria.
Innovación y eficiencia en la cadena productiva
Uno de los ejes centrales de esta expansión es la incorporación de tecnología de última generación en los procesos de envasado y control de calidad. Jugos del Uruguay busca aplicar su experiencia en el procesamiento de frutas y bebidas al sector lácteo, garantizando estándares internacionales de inocuidad y trazabilidad.
La compañía planea desarrollar una línea de productos lácteos de valor agregado, que podrían incluir leche pasteurizada, suero, derivados funcionales y bebidas combinadas. Esta estrategia apunta no solo al consumo interno, sino también a un posible salto exportador en el futuro, aprovechando la reputación del país por la calidad de sus productos agroindustriales.
Además, la nueva planta estará diseñada bajo criterios de sostenibilidad, incluyendo sistemas de reutilización de agua, tratamiento de efluentes y eficiencia energética. De este modo, la empresa busca alinearse con las prácticas globales de producción responsable, cada vez más valoradas por los consumidores y los mercados internacionales.
La ubicación de la planta en Fray Bentos responde también a una lógica de integración territorial. Al centralizar la producción láctea en Río Negro, Jugos del Uruguay no solo reduce costos logísticos, sino que fortalece su vínculo con productores locales y cooperativas de la zona. Este modelo fomenta una relación más directa entre la industria y el sector primario, potenciando el desarrollo de una cadena de valor más equilibrada y regionalmente distribuida.
Fray Bentos, además, cuenta con una larga tradición industrial vinculada a la agroalimentación. Desde el histórico frigorífico Anglo —símbolo del desarrollo uruguayo del siglo XX— hasta los actuales proyectos de biotecnología y alimentos, la ciudad mantiene un perfil productivo que combina innovación con arraigo territorial. La llegada de una nueva planta láctea refuerza ese legado, actualizándolo a las exigencias del siglo XXI.
El ingreso de Jugos del Uruguay al mercado lácteo plantea desafíos significativos. La competencia en este sector es fuerte y está dominada por empresas de larga trayectoria. Sin embargo, la empresa confía en que su estructura ágil, su conocimiento del consumidor y su red de distribución le permitan competir con propuestas diferenciadas.
El éxito de la iniciativa dependerá en gran medida de la capacidad de abastecimiento que logre articular con los tamberos locales y de la estabilidad de los precios internacionales de los lácteos. En ese sentido, contar con un modelo flexible que permita ajustar la producción según la demanda será clave para garantizar la sostenibilidad del proyecto.
A nivel macroeconómico, la inversión se inserta en un contexto de creciente interés por el agregado de valor en la producción nacional, algo que el gobierno uruguayo ha venido promoviendo para fortalecer la industria y reducir la dependencia de las materias primas sin procesar.
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Con esta inversión, Jugos del Uruguay no solo diversifica su portafolio, sino que apuesta por consolidarse como una empresa de alimentos integral, con presencia en varios segmentos del mercado y una fuerte base logística en el litoral. La planta láctea de Fray Bentos será, en este sentido, una pieza clave de su nueva etapa corporativa.
El proyecto combina inversión, tecnología y compromiso territorial, tres factores que pueden marcar la diferencia en la competitividad del sector. Además, simboliza una tendencia más amplia: la de las empresas uruguayas que eligen reinvertir en el país, apostando al talento local y al desarrollo sostenible como motores de crecimiento.
En un escenario global donde los consumidores valoran cada vez más la calidad, la trazabilidad y el origen de los alimentos, Uruguay tiene la oportunidad de posicionarse como referente regional en producción responsable. La nueva apuesta de Jugos del Uruguay parece avanzar precisamente en esa dirección.