Food News Latam - Industria ciruela chilena se prepara para lo que no fue un invierno frío

Industria ciruela chilena se prepara para lo que no fue un invierno frío

Agricultura Chile

Pablo Campino, miembro del Comité Técnico de Chileprunes y ejecutivo de Pacific Nut comenta lo que ha sido el periodo previo a la floración del ciruelo D'Agen y lo que viene en primavera.

El año pasado, por las mismas fechas, Pablo Campino, miembro del Comité Técnico de Chileprunes y ejecutivo de Pacific Nut, se refirió a un inicio de temporada auspicioso, gracias a las positivas precipitaciones y adecuadas horas de frío, entre otros motivos.

Este 2023 las cosas serán diferentes -señala- y, para ello, la industria de la ciruela ya comienza a prepararse, principalmente los productores. Aunque la temporada ha sido claramente positiva en cuanto a precipitaciones, por el contrario, ha sido una de las más bajas en cuanto a acumulación de horas de frío.

Un hueso como la ciruela D'Agen requiere más de 500 horas de frío (por debajo de 7°C) e idealmente más de 600 para producir una floración mejor, uniforme y homogénea. “En la temporada 2023, en la mayoría de zonas, apenas se llegó a 460 a 550 horas de frío, claramente insuficiente, lo que probablemente conducirá a una floración temprana, de entre 7 a 10 días.

“El avance es una realidad. Ya se empiezan a ver botones florales en los huertos, lo que demuestra que se está adelantando", afirma, añadiendo que la floración temprana no es mala en sí misma, pero el hecho de que sea una floración más larga, desigual, con un árbol fuera de equilibrio con el fruto en diferentes estados de desarrollo, muchas veces sin llegar a cuajar.

Sin embargo, la industria de la ciruela pasa, o gran parte de ella, cuenta con equipos, conocimientos y tecnologías profesionales que pueden ayudar a mitigar estos efectos, añade Pablo Campino. Por ejemplo, ya existe suficiente experiencia en el uso de cianamida de hidrógeno o rompedores de dormancia para obtener una correcta homogeneización de los estados fenológicos.

Lo que viene en primavera

Otro efecto negativo para el sector podrían ser las heladas en septiembre, aunque es probable que estas no se produzcan: así como la Corriente de El Niño provocó un aumento de las temperaturas medias durante el invierno, también lo hará en primavera.

Más bien se esperan lluvias en septiembre y un efecto no deseado, que no se puede descartar, sería un exceso de calor que deshidrata los tubos polínicos de la flor, impidiendo la aparición del fruto.

En cuanto a las lluvias de septiembre y octubre, que podrían provocar problemas fitosanitarios, con hongos patógenos en la piedra, como Botrytis cinerea y Monilinia, es importante avanzar y utilizar fungicidas para frenarlas.

Chile se adelanta a este tipo de condiciones adversas, contando con tecnología, experiencia y herramientas sustentables para combatir posibles estrés por temperaturas, y lo hace en el desarrollo de frutos, así como con productos a base de algas y aminoácidos cada vez más validados.

|