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Whole Foods impulsa reciclaje alimentario con inteligencia artificial

Estados Unidos Procesos / Envases

La industria global de alimentos y bebidas enfrenta uno de sus desafíos estructurales más complejos: la gestión de pérdidas y desperdicios alimentarios. De acuerdo con estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas, cerca de un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial se pierde o desperdicia cada año, lo que representa entre 8% y 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y pérdidas económicas cercanas a un billón de dólares anuales.

En este contexto, la innovación tecnológica aplicada a la economía circular comienza a posicionarse como una palanca estratégica para el sector.

Un ejemplo relevante es la iniciativa que desarrollará Whole Foods Market en alianza con la startup tecnológica Mill, mediante la implementación de un sistema avanzado de reciclaje de desperdicios alimentarios impulsado por inteligencia artificial (IA) en sus tiendas de Estados Unidos. A partir de 2027, la cadena —propiedad de Amazon— incorporará la plataforma Mill Commercial en diversas ubicaciones, marcando un hito en la gestión sostenible de residuos dentro del retail alimentario.

Mill Commercial es una solución de alta capacidad diseñada para procesar restos orgánicos generados en operaciones de cocina, preparación de alimentos y logística interna, particularmente frutas y verduras fuera de especificación comercial. El sistema combina equipos industriales de deshidratación y molienda con algoritmos de IA capaces de analizar en tiempo real el volumen, tipo y composición de los desperdicios, generando datos accionables para la toma de decisiones operativas.

Desde el punto de vista científico y tecnológico, el proceso permite reducir el contenido de humedad de los residuos hasta en 80%, transformándolos en un material seco y estable conocido como “food grounds”. Este subproducto puede ser utilizado como ingrediente funcional en la formulación de alimentos para animales, especialmente en piensos para aves de corral que forman parte de la cadena de suministro de huevos de marca propia de Whole Foods. De esta manera, los residuos orgánicos dejan de ser un pasivo ambiental para convertirse en un insumo reutilizable dentro de un modelo de economía circular cerrada.

La plataforma integra sensores, sistemas de pesaje y tecnologías de visión computarizada que clasifican automáticamente los desperdicios por categoría y origen. La información recopilada se traduce en indicadores clave de desempeño (KPIs) que permiten a las tiendas optimizar inventarios, ajustar volúmenes de compra, mejorar la rotación de productos frescos y reducir mermas de forma preventiva. Para la industria, este enfoque basado en datos representa un avance significativo frente a modelos tradicionales de gestión de residuos, que carecen de trazabilidad y medición precisa.

Desde una perspectiva comercial, los beneficios son igualmente relevantes. Whole Foods y otros retailers que adopten este tipo de soluciones pueden reducir su dependencia de servicios externos de recolección y disposición de residuos, disminuir costos logísticos asociados al transporte de desechos húmedos y mitigar riesgos sanitarios derivados de la descomposición orgánica. Adicionalmente, la generación de subproductos reutilizables puede traducirse en ahorros en la compra de materias primas para alimentación animal, mejorando la eficiencia global de la cadena.

La colaboración con Amazon, a través de su Climate Pledge Fund, aporta respaldo financiero y estratégico al proyecto, facilitando su escalabilidad y posicionándolo como un modelo replicable para otros formatos de retail y foodservice. Analistas del sector coinciden en que esta iniciativa no solo tiene impacto ambiental inmediato, sino que sienta las bases de un nuevo estándar operativo para la industria alimentaria.

En conjunto, la implementación de Mill Commercial en Whole Foods representa un cambio de paradigma: el desperdicio deja de ser un costo inevitable para convertirse en un recurso medible, valorizable y alineado con las crecientes exigencias de sostenibilidad, eficiencia operativa y criterios ESG que hoy definen la competitividad en la industria de alimentos y bebidas.

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