Con una trayectoria de 65 años, Lácteos Andinos se consolida como una de las empresas más influyentes en la industria alimentaria del Ecuador, posicionándose como líder en el mercado de leche blanca y referente de compromiso social, sostenibilidad e innovación.
En el marco de esta significativa celebración, la compañía anunció su nueva identidad visual, una renovación que acompaña su estrategia de crecimiento regional y su visión de futuro para seguir alimentando al país y a nuevos mercados.
Como parte de su proyección internacional, Lácteos Andinos prevé exportar 1.2 millones de litros de leche hasta finales de 2025, fortaleciendo su presencia especialmente en el mercado peruano, donde su propuesta basada en calidad y confianza ha sido bien recibida. Esta expansión se sustenta en una infraestructura de producción moderna y robusta, con dos plantas de última generación en Quito y Tulcán, desde donde se procesan más de 340.000 litros de leche diarios, lo que representa una participación del 25% del mercado nacional de leche blanca.
La clave de este liderazgo ha sido una apuesta constante por la innovación tecnológica y la mejora continua. En los últimos años, Lácteos Andinos ha invertido en maquinaria de alta eficiencia que no solo mejora la capacidad productiva, sino que reduce el uso de materiales de un solo uso, optimiza el consumo de energía y minimiza su huella ambiental. Estas medidas forman parte de su compromiso con una producción más limpia y sostenible, alineada con los desafíos actuales de la industria alimentaria.
A lo largo de sus seis décadas y media de operación, la empresa ha marcado hitos que han transformado el consumo de lácteos en el Ecuador. En 1975 introdujo la leche en funda, una innovación que democratizó el acceso al producto; en 1995, implementó la tecnología de ultrapasteurización UHT, lo que permitió ampliar la vida útil sin necesidad de refrigeración, facilitando su distribución nacional. Más recientemente, ha incorporado envases 100% reciclables como Tetra Gemina Aseptic y tapas biodegradables, reafirmando su compromiso con el medio ambiente.
Además de su enfoque en producto y sostenibilidad, Lácteos Andinos ha sido un actor clave en el fortalecimiento del ecosistema agroalimentario ecuatoriano. La compañía trabaja de la mano con cientos de pequeños y medianos ganaderos, promoviendo prácticas responsables y sostenibles. Entre sus iniciativas destacan la instalación de biodigestores para generar energía a partir de residuos orgánicos, la reutilización de aguas residuales tratadas, y la capacitación técnica en buenas prácticas ganaderas.
“Estos 65 años reflejan una historia de transformación, esfuerzo colectivo y compromiso con el país. Nuestro propósito es claro: crear bienestar a través de alimentos nutritivos y seguros, producidos de manera responsable”, indicó Daniel Orbe, gerente general de la compañía. “Hoy generamos más de 300 empleos directos y más de 2.000 empleos indirectos que impactan positivamente en toda nuestra cadena de valor, desde ganaderos y transportistas hasta distribuidores y comerciantes”, añadió.
Este impacto también se refleja en la confianza que millones de hogares ecuatorianos depositan en la marca, reconociéndola como símbolo de calidad, cercanía y tradición. La empresa ha sabido equilibrar su legado con una visión moderna y enfocada en el futuro, donde la salud, la nutrición y el cuidado del entorno son ejes fundamentales.
Con la vista puesta en el largo plazo, Lácteos Andinos continuará apostando por la innovación, el desarrollo del talento humano y el fortalecimiento de la cadena agroalimentaria, para seguir acompañando a las familias ecuatorianas y a nuevas generaciones. Su lema, “la pureza del campo en tu mesa”, se mantiene más vigente que nunca, como una promesa de calidad que trasciende generaciones.
En línea con las exigencias actuales del consumidor y las normativas internacionales, Lácteos Andinos ha fortalecido sus sistemas de control de calidad e inocuidad alimentaria, asegurando que cada litro de leche procesado cumpla con los más altos estándares. La compañía cuenta con laboratorios propios y equipos especializados que monitorean cada etapa de la producción, desde la recepción de la materia prima hasta la distribución final.
Esta rigurosidad no solo garantiza un producto seguro, sino que también reafirma su compromiso con la salud pública y la nutrición de la población, consolidándose como un actor esencial en la seguridad alimentaria del Ecuador.
