Países como Indonesia han disminuido exportaciones de este producto debido a su uso para fabricar combustible.
Indonesia, el mayor proveedor mundial de aceite de palma, está avanzando en su objetivo de reducir la dependencia de los combustibles fósiles al aumentar la proporción de biodiésel en su sector energético.
El país comenzó pruebas con una mezcla B40, que combina un 40% de aceite de palma con un 60% de diésel, en su sistema ferroviario. Drewry indica que esta iniciativa forma parte de un plan más amplio para alcanzar una mezcla del 50% de biodiésel para 2029, lo que podría tener repercusiones significativas en la industria alimentaria mundial y en los mercados de exportación de aceite de palma.
Desde 2008, Indonesia implementó de manera progresiva las mezclas de biodiésel, lo que incrementó la demanda interna de aceite de palma y redujo su disponibilidad para la exportación. Este enfoque permitió al país reducir las emisiones de carbono y ahorrar en divisas, aunque ha generado tensiones en el mercado global de aceites vegetales, especialmente en países importadores como India.
Detalles notables
La producción de aceite de palma en Indonesia y Malasia, los dos principales productores mundiales, cuenta con un crecimiento constante, incluso frente a desafíos como el impacto de fenómenos meteorológicos como El Niño.
A pesar de una producción estimada de 47,5 millones de toneladas en Indonesia para este año, las exportaciones disminuyeron debido a la creciente demanda interna impulsada por la producción de biodiésel. En los primeros cinco meses de 2024, las exportaciones de aceite de palma cayeron un 11% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Por otro lado, Malasia aprovechó la reducción de exportaciones indonesias para incrementar sus propias ventas al exterior, logrando un aumento del 7% en los primeros cinco meses de 2024. Este cambio en el mercado ha sido acompañado por fluctuaciones en los precios del aceite de palma crudo (CPO), que influyeron en las importaciones de grandes consumidores como India.
A medida que Indonesia avanza hacia un mayor uso interno de aceite de palma en mezclas de biodiésel, es probable que las exportaciones globales de este producto se reduzcan aún más, mientras que la demanda de otros aceites vegetales, como el de soja, podría aumentar.
Drewry finaliza señalando que la situación en el mercado global de aceites vegetales seguirá siendo inestable, afectada por factores como la guerra entre Rusia y Ucrania, el envejecimiento de las plantaciones y las condiciones climáticas impredecibles.